El apuñalador de Lérida se podría enfrentar a medio siglo de cárcel

Según el auto al que ha tenido acceso Diario LA RIOJA, el pasado 21 de abril, Ruiz Vidal fue trasladado a primera hora de la mañana desde el centro penitenciario del Ponent hasta los juzgados ilerdenses en donde compareció ante el juez que ha instruido la causa. Ruiz Vidal, durante la declaración indagatoria, se negó a responder al juez, al Ministerio Fiscal y a su propio letrado, Jon Zabala, que eludió aportar información sobre el proceso que se sigue contra su cliente.

Así, después de poco más de media hora, se dio por cerrada la vista y el juez notificó al joven logroñés (miembro fundador del grupo neonazi Nueva Época) el auto de procesamiento. En ese documento, que desembocará en los escritos de acusación de las partes y, posteriormente, en el señalamiento de la vista oral que juzgará a Ruiz Vidal (presumiblemente durante este 2016), el juez considera que las investigaciones realizadas y las declaraciones tomadas a las víctimas, al propio acusado así como a los testigos, permiten concluir que los hechos acaecidos el 22 de septiembre podrían ser constitutivos de un delito de daños por incendio (castigado con penas de entre uno y tres años de prisión) además de otros cinco de homicidio en grado de tentativa, para los que la pena de prisión podría oscilar entre los 5 y los 10 años. Así, en el peor de los escenarios y a expensas de lo que haga el Ministerio Fiscal, Ruiz Vidal se podría enfrentar a una petición de pena de 53 años de cárcel.

El auto judicial también hace referencia a hipotéticas eximentes, atenuantes o agravantes (trastorno mental o xenofobia) y apunta que «no es el momento procesal para determinarlas» y recuerda que «se deberán formular [...] en la fase de juicio oral, correspondiendo su estimación o desestimación a la resolución que ponga fin al procedimiento».

Ese sería, teóricamente, el techo penal al que se enfrentaría Ruiz Vidal si las acusaciones compartieran el punto de vista del juez. Pero según han informado medios ilerdenses citando fuentes de la Fiscalía, alguna de las agresiones podría ser calificada como asesinato en grado de tentativa (penas de entre siete años y medio y quince de prisión).

Es el caso de la última persona que fue apuñalada en el parque del soterramiento de Lérida, Aurang Zeb, un paquistaní que saltó a las páginas de los medios de comunicación al estar sentado en un banco con un cuchillo de grandes dimensiones clavado en la espalda (Ruiz Vidal no lo pudo extraer, lo que puso fin a su macabro recorrido por Lérida). La herida le afectó a la médula espinal y tras varias operaciones ha podido volver a andar, aunque tiene sensiblemente reducida su movilidad y precisa de la ayuda de dos muletas.

75 años, según las víctimas

En esa línea, en la del intento de asesinato con el agravante de racismo y xenofobia -todas la víctimas de Ruiz Vidal eran de nacionalidad extranjera salvo un español que, por lo oscuro de su tez, los investigadores creen que confundió con un inmigrante-, se moverán también los dos abogados que defienden a las víctimas. Así lo aseguraba ayer a Diario LA RIOJA Xavier Prats, el abogado que representa a dos de los agredidos y al hijo de uno de ellos. A expensas de concretar esa acusación, Prats apuntaba hacia «asesinatos en grado de tentativa por motivos xenófobos», lo que podrían deparar una petición de 75 años de cárcel por los cinco apuñalamientos que confesó Ruiz Vidal. A esto habría que sumar el delito de daños por incendio.

Alejandro Ruiz Vidal, que el mes de junio del año pasado fue juzgado en Logroño junto al primer presidente de la banda neonazi Nueva Época por un apuñalamiento en el Parque del Carmen en diciembre del 2012, permanece ingresado desde su detención en el centro penitenciario de Ponent de Lérida.