El disco infinito

Hace unos días, en declaraciones a La Vanguardia, el presidente de Promusicae auguraba algo que parecía imposible hace poco: este año, por vez primera, la piratería musical caerá en España. Y, también por primera vez en España, se cruzará otra frontera: los ingresos digitales superarán a las ventas físicas.

El culpable es el 'streaming'. Es decir, los servicios que permiten escuchar música sin tener que descargártela en tu dispositivo, sino que se reproduce directamente 'en la nube' mientras uno la escucha. Según se generalizan las tarifas de datos más generosas en gigas (y más baratas), y según las redes móviles de alta capacidad (primero 3G, ahora 4G) el 'streaming' ha ido ganando adeptos por culpa de una serie de ventajas innegables:

- Catálogo: El usuario puede acceder a una variedad musical prácticamente infinita. Cierto es que algunos artistas se resisten (por razones de principio) a estar en estos servicios. El caso más notorio es el de Adele, aunque hay más. Por ejemplo, el recientemente fallecido Prince retiró su música de estos servicios en el 2015. Pero son los menos, y las resistencias se van venciendo. La más sonada llegó también el año pasado, con la llegada del catálogo de los Beatles a Spotify.

- Movilidad: La gran baza del 'streaming' es su disponibilidad en dispositivos móviles. Los servicios cuentan con apps especializadas y muy eficaces, y el consumo de datos no es exagerado (aunque conviene controlarlo para evitar sustos)

- Espacio: La música en 'streaming' no se descarga en nuestro dispositivo (aunque algunos servicios ofrecen esa posibilidad para escuchas en lugares sin conexión) así que no ocupa espacio de almacenamiento. Los tiempos de las pilas de CD's con música descargada o los discos duros repletos han acabado. Y también los de tener que rebuscar en servicios piratas que aparecen y desaparecen.

- Organización y búsqueda: En unos catálogos de decenas de millones de canciones, la posibilidad de encontrar lo que se busca es importante. Otra posibilidad más que interesante es la de crear tus propias listas de música, o incluso la de acceder a las de otra persona.

- Prueba: El 'streaming'es el reino de la decisión instantánea: si una canción no resiste diez segundos, salta a la siguiente. O a otro disco. O a otro artista. Todo está ahí.

- Y todo legal: Los servicios de 'streaming' pagan a las discográficas (y por tanto, a los artistas) por cada escucha que haces.

El club de los 10 euros

Ahora bien, ¿qué servicio escojo? ¿Y cuánto me cuesta? La respuesta a la segunda pregunta es fácil: alrededor de 10. El umbral de los 9,99 euros mensuales se ha establecido como una especie de estándar en la industria. Eso sí, muchos de los servicios ofrecen versiones gratuitas (con menos servicios) o periodos de prueba. Veamos:

- Spotify: La reina del 'streaming'desde hace años. 9,99 euros al mes, con un periodo de prueba gratis de un mes. Además, ofrece una versión gratis con publicidad y con algunas limitaciones con respecto al servicio de pago.

- Apple Music: 9,99 euros al mes para un dispositivo, y 14,99 de 'suscripción familiar' que permite hasta 6 dispositivos a la vez. Prueba de tres meses gratuita.

- Google Play Music: 9,99 euros al mes, con un mes de prueba gratuita. Permite la descarga de hasta 50.000 canciones

- Deezer: El modo gratuito permite curiosamente la escucha ilimitada en PC y tablet (con publi)... pero no en móvil. Por lo demás, el ya conocido 9,99 al mes, con 30 días de prueba gratuita

- Tidal: Un servicio especializado en 'streaming' en alta fidelidad. El normal cuesta 9,99, el 'HiFi' 19,99. y también hay planes familiares más caros.