Una mano para llegar a tierra

El bombero najerino José Luis González Tofé se encuentra en Lesbos como voluntario, ayudando a los emigrantes

Pablo José Pérez

Lunes, 18 de abril 2016, 22:17

Deben plegarse a lo que dictan las autoridades griegas y lo que dictan es que los que van llegando sean interceptados por las patrulleras guardacostas y ellos no puedan intervenir: «Nosotros trabajamos en la delgada línea roja; no les podemos tocar en el mar excepto ... si se cae alguien del bote en el que viajan. Sólo les podemos ayudar en tierra, si no seríamos detenidos», como ya sucedió en su día a varios bomberos españoles. El bombero del parque de Nájera, José Luis González Tofé describe así las complicaciones a las que se enfrentan los voluntarios que, como él, han acudido a Lesbos. José Luis González Tofé es experto en rescate acuático y se encuentra en la isla griega desde el pasado día 2.

Publicidad

Su llegada coincidió con el inicio de las deportaciones de refugiados hacia Turquía y, por esa razón, el campamento que está atendiendo junto a otras personas procedentes de todo el mundo se vacía. Grecia quiere despejar la situación cuanto antes y, de esa forma, -cuenta- «los botes con las familias que intentan pasar son interceptados por guardacostas. Los griegos les apagan el motor del bote y los tienen parados dos o tres horas, con el agua hasta las rodillas y con muchos niños dentro del bote. Luego se los llevan para Turquía».

Y esas deportaciones las hacen a velocidad de vértigo. En apenas unas horas prácticamente desalojaron en dirección a Turquía un campamento en el que había 5.500 refugiados, comenta.

Afortunadamente los que recalan en tierra reciben, al menos, la atención de los voluntarios y también de los propios vecinos de Lesbos, que se están volcando en la ayuda en contraste con los guardacostas, asegura el bombero riojano.

José Luis González Tofé cuenta que su jornada es de 24 horas. Este bombero-conductor es uno de los 'fundadores' del parque comarcal de Nájera desde el año 98, desde que se abrió el parque: «Fuimos la primera promoción y ahí seguimos».

Explica que «escuchando la experiencia que había tenido el compañero Javier Murillo me di cuenta de que con la formación que tengo en rescate acuático podía ofrecerlo a las personas que más lo necesitaban en estos momentos».

Publicidad

«Viendo las imágenes de cada día la idea no paraba de rondarme, aunque tengo dos nenas pequeñas, y en un momento dado lo consulté con mi mujer», dice. Ella le apoyó y animó para contactar con la ONG Proem.aid. Y fue aceptado.

Con los refugiado permanecerá en total 17 días de sus vacaciones: «He tenido todas las facilidades por parte de la dirección del Consorcio y el apoyo de todos mis compañeros», aunque «la verdad es que no lo he ido contando mucho en el Parque».

Publicidad

Mirar a otro lado

Aunque es corta su experiencia, opina que «Europa se ha lavado las manos con los seis mil millones que ha dado a Turquía, y Europa está mirando hacia otro lado» y expresa su temor acerca de cómo acabará toda esta situación «porque las últimas imágenes son durísimas, y están pasando muchas más cosas que no salen las imágenes.»

Cuenta con emoción que «hay muchos niños solos, muchos niños huérfanos, deambulando por los campos de refugiados y eso no lo sabe la gente. Por lo que vemos nosotros y nos cuentan son muchísimos los niños que están pasando en las balsas, cada vez hay menos adultos y más niños. Son huérfanos y los meten en las balsas y los echan al mar para ver si pueden llegar a Grecia».

Publicidad

Y no solo eso. «Los están metiendo en lanchas, ahora parece ser que incluso en lanchas rápidas, y los están mandando a Lesbos de esas maneras. Los adultos siempre vamos a tener algo con qué defendernos, o aguantamos las cosas de otra manera, pero los niños no, los niños son muy vulnerables y ahí es donde desgraciadamente no toca trabajar estos días, sobre todo con los niños en el mar.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad