Arancha y Ramón sonríen de nuevo a la vida.

Empieza la cuenta atrás

Los afectados por la Hepatitis C empiezan a ver la luz con la aplicación de los nuevos fármacos... aunque no todos

Maite Mayayo

Lunes, 11 de abril 2016, 01:07

Cuentan los propios enfermos que pocos de ellos saben realmente lo que se les viene encima cuando el médico pronuncia el fatal diagnóstico: hepatitis C. La mayoría ni siquiera sabe cómo se infectó y mucho menos su agresiva evolución (cirrosis terminal, hepatocarcinoma,...) En muchas ocasiones, ... además, no hay síntomas de forma que este silencio hace que no se le dé importancia y hasta que se aparque. Sin embargo, la vida cambia y lo hace de forma radical para el enfermo y su familia. Comienza un peregrinaje difícil de aceptar: consultas médicas periódicas, un rosario de análisis y pruebas ininteligibles, un deterioro físico progresivo y una sucesión de tratamientos fallidos acompañados de duros efectos secundarios casi imposibles de asimilar que van minando la moral y la esperanza hasta el convencimiento de que ese maldito virus será el que acabe contigo.

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Pero en esta ocasión, el virus tiene todas las de perder; es más, sus años están contados. Tanto es así que hasta tiene fecha de caducidad: 2025. Mientras esto llega, se van sumando pasitos que en el último año ha sido un paso de gigante con el Plan estratégico nacional contra la hepatitis C.

Ahora se cumple el primer aniversario de un plan que ha llevado a los enfermos medicamentos de última generación -con una importante dosis de crítica por su carácter restrictivo-, unos fármacos que han revolucionado la forma de atacar este virus. Harvoni, Viekirax/Exviera, Sovaldi..., denominaciones ciertamente complicadas que presentan unas tasas de curación del 95% en apenas tres meses de tratamiento y sin los demoledores efectos secundarios de los tiempos del Interferon y la Ribavirina. Por ese carácter casi milagroso de la ciencia este primer aniversario alimenta el optimismo general, aunque la Plataforma riojana de Afectados por la Hepatitis C (nacida en febrero del 2015 para exigir a la Administración que se administren los nuevos tratamientos a la totalidad de los enfermos) no quiere dejar pasar la ocasión sin insistir en la prevención, el control y la información. La Plataforma estima que hay 2.000 riojanos que pueden ser portadores del virus sin saberlo, de manera que «hay que ponerse manos a la obra y empezar las campañas de búsqueda activa de todos los afectados por medio del cribado de la población como se hace con otras enfermedades». Preocupan actividades de riesgo como el 'piercing' y el tatuaje sobre el que se pide más control sobre todo pensando en los más jóvenes y se avisa de que el desconocimiento es el principal enemigo de esta guerra. La hepatitis C volvió estos días a los medios de comunicación por boca del ministro Montoro, que achacó parte del exceso del déficit del país a lo costoso de estos tratamientos y fue ampliamente criticado por las asociaciones.

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