Las lluvias del primer trimestre y las recientes nevadas garantizan ya la reserva hídrica riojana

El sexto enero más lluvioso de la historia riojana, con 62,7 litros por metro cuadrado contabilizados en la estación meteorológica de Agoncillo, duplicó con creces los 28 que la estadística de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) concede a este mes. Fue el anticipo de un invierno extraordinariamente húmedo, premonición que no han hecho sino confirmar los dos meses posteriores. Febrero, que regaló otros 75,2 litros por metro, casi el triple de sus tradicionales 23, ha convertido al segundo mes de este año en el más generoso del último medio siglo, solo superado por los 80 de febrero del 2013. Marzo, aún sin concluir, acumula ya otros 42,2 litros por metro cuadrado, 16,2 por encima de la media histórica, aunque lejísimos del récord que marcó este mes tres años atrás, con 102 litros.

Así las cosas, a falta de dos días para que el año hidrológico 2015-2016 llegue a su ecuador, La Rioja contabiliza ya un total de 244,9 litros por metro cuadrado en la estación meteorológica que la AEMET posee en la base de Agoncillo (referencia media para toda la comunidad), lo que supone un superávit hídrico del 27,5% respecto a los 192 litros por metro cuadrado habituales en esta época del año.

Por mal que se dé la primavera, una estación en la que la región recibe una media de 137 litros por metro cuadrado más -46 en abril, 47 mayo y 44 en junio-, La Rioja tiene ya garantizadas a estas alturas del año sus reservas hídricas. Una situación óptima a la que han contribuido las nevadas que en las últimas semanas han cubierto la sierra, una zona que en los próximos días volverá a teñirse de blanco, según las previsiones que maneja la AEMET.

De hecho, los tres pantanos riojanos que gestiona la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) se encuentran ya casi a rebosar, con 114 hectómetros cúbicos, el 81,76% de la capacidad total de los tres embalses, y, además, con algunas de sus exclusas abiertas para desembalsar agua en abundancia, un proceso habitual y obligado que sólo en la última semana se ha traducido en la liberación de 4,6 hectómetros cúbicos.

El pantano de Mansilla, en la cuenca del Najerilla, el de mayor capacidad, atesoraba ayer 62,4 hectómetros cúbicos, el 92,3% de su volumen total (67,7 hectómetros cúbicos). Sólo en los últimos siete días ha ganado 3 hectómetros cúbicos, merced a los 6,2 recibidos, de los que 3,2 se han desembalsado. Similar porcentaje presenta el González Lacasa, en el Albercos, al 94,5% de su capacidad, con 31,1 de sus 32,9 hectómetros cúbicos de volumen total. En la última semana ha sumado un hectómetro cúbico porque sus exclusas han soltado 1,1 de los 2,1 hectómetros recibidos. Finalmente, el pantano de Pajares, en la cuenca del Lumbreras, prosigue a buen ritmo su llenado. Con 20,5 hectómetros cúbicos ayer, el 58,5% de su capacidad total, el embalse ha ganado 3 en la última semana y cuenta con 4,5 más que hace un mes.

Es el regalo de uno de los inviernos más generosos de las últimas décadas en el apartado hídrico, pero también en el térmico, ya que enero, con una temperatura media de 7,5 grados, superó en 1,7 el registro histórico; y febrero, con 8, lo rebasó en 0,8. Marzo acumulaba en sus 20 primeros días una media muy fresca, 7,5 grados, pero que escalará tras el incremento detectado por los termómetros desde la semana pasada.