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MARÍA FÉLEZ Y ENRIQUE OLMEDO
Lunes, 28 de marzo 2016, 15:16
la rioja. Dicen que lo bueno y breve es dos veces bueno; tal vez eso pueden pensar los turistas que se animan a conocer la comunidad autónoma más pequeña de España. Un territorio reducido, pero que esconde bastantes sorpresas.
por ciento de reservas en los días centrales de la Semana Santa (viernes y sábado) en los hoteles de toda la comunidad autónoma. En Logroño, la cifra superaba incluso el 95%. El jueves y domingo, la ocupación, también alta, se reduce al 80%.
era la tasa de reservas en las casas rurales de la comunidad autónoma, cinco puntos más que en el 2015.
Esta Semana Santa la ocupación hotelera ... en Logroño asciende al 95% por lo que no resulta extraño encontrar grupos de turistas por las calles de la capital. Visitantes que llegan atraídos por la variedad de actividades que ofrece la comunidad, desde el enoturismo al turismo cultural, rural o familiar. La fama del vino de Rioja hace que, para muchos viajeros que recorren la comunidad, sea inexcusable la visita a una bodega.
Desde Landete, un municipio de Cuenca, un grupo de profesores y sus familias decidieron coger un microbús para ir conociendo el norte de España. En esta Semana Santa, han escogido La Rioja como destino. Han aparcado el automóvil a la entrada de Bodegas Ontañón. Quieren participar en una visita con cata incluida. Llevan niños y han decidido concertar una visita exclusiva para familias, en la que incluso los chavales han podido iniciarse en la enología..., aunque sea con un vaso de mosto. Mientras participan de la cata, Ana Palomares, miembro de la expedición, se reconoce sorprendida por los monasterios riojanos. Han visitado San Millán de la Cogolla y Santa María la Real de Nájera. «En nuestra zona -dice-, todo son iglesias pequeñas que no tienen mucha riqueza, sin embargo aquí son muy grandes e impresionantes». A otro miembro del grupo, Juanjo Herraiz, le ha llamado la atención las dimensiones de los viñedos riojanos: «En mi tierra, La Mancha, los viñedos son muy extensos y yo esperaba que aquí lo fueran aún más, pero he visto que son más pequeños».
Durante toda la Semana Santa, las bodegas riojanas que organizan visitas se han visto desbordadas por las peticiones de los turistas que inevitablemente identifican La Rioja con su vino. Pero, además, la comunidad ofrece otros alicientes. San Millán de la Cogolla es un objetivo inexcusable para los turistas, pero también empiezan a atraer la atención de los visitantes enclaves más escondidos, como el yacimiento celtibérico de Contrebia Leucade, en Aguilar del Río Alhama, que ha organizado visitas guiadas durante los cuatro días festivos. Y también hay quien quiere descubrir los secretos de las ciudades. El Ayuntamiento de Logroño organiza visitas guiadas por el Casco Antiguo. Son rutas de dos horas que permiten descubrir la historia de la ciudad y sus edificios más representativos.
Desde la Oficina de Turismo, siguiendo las indicaciones de Pilar Lumbreras, una treintena de personas llegadas de varios puntos de España callejean por Barriocepo, la Mayor y Portales, conocen el Centro de la Cultura del Rioja, Santa María de Palacio y la concatedral de La Redonda. Dentro del grupo, Joan Antón Sanz, de Barcelona, y Mónica Ramiro, de Toledo, repiten viaje a La Rioja, aunque por motivos diferentes: Joan quería aumentar sus conocimientos sobre el vino y a Mónica, en cambio, le atraía la naturaleza. «Estoy encantada -asegura-, después de haber disfrutado de estos días de primavera en el Valle del Iregua, El Rasillo o Soto en Cameros».
Calahorra, Arnedo, Enciso...
La ciudad de los Mártires también se llena estos días de turistas atraídos por la Semana Santa Calagurritana, declarada desde el año pasado como Bien de Interés Turístico Nacional. Familias y grupos llegados especialmente de la zona norte de España que buscan un turismo de interior de calidad cercano a sus localidades de origen. Vestidos de rojo pasea en Viernes Santo un grupo de once personas llegadas desde Valladolid. El día anterior lo han pasado en Arnedo, disfrutando de la jornada dedicada al ajo asado. La jornada del viernes la disfrutan en Calahorra: «Íbamos buscando algo cercano porque hay que tener en cuenta que son sólo cuatro días y queríamos algo que no hubiésemos visto antes, por eso nos decidimos por La Rioja y la ribera de Navarra», cuenta un portavoz del grupo.
«No vamos buscando tanto las procesiones como algo cultural que poder ver y aquí hay mucho, especialmente relacionado con la gastronomía», finaliza. Aún así no pueden sucumbir a entrar al Museo de Pasos de la ciudad donde preguntan por el paso 'estrella'. Desde la cofradía les explican que se trata del Cristo de la Caña, de Gregorio Fernández.
Marta viene de Bilbao con su familia. Llegaron a la ciudad atraídos por la Declaración de la Semana Santa: «Leímos que era de las más imponentes del norte de España y no nos ha defraudado». Además han aprovechado para conocer otras localizaciones cercanas como Enciso: «Es especialmente significante que puedes ver diferentes emplazamientos con muy poquita distancia de kilómetros y eso en estas vacaciones es importante porque son poquitos días», explica.
Javier y Elisa han venido de Madrid. Una escapadita para conocer la Semana Santa calagurritana que les ha servido para saber algo más de La Rioja. «Hemos ido a una bodega y uno de los días subimos a Logroño a conocer la calle Laurel, que es tan famosa». «Es un placer haber conocido esta tierra porque si algo merece la pena destacar es la forma de ser de sus gentes -ensalzan-. Cada vez que preguntábamos donde estaba un sitio, encontrábamos a alguien dispuesto a acompañarnos hasta la puerta y eso se agradece».
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