«Diez años después tienes que volver a vivir la misma pesadilla»

«Yo era delineante y llevaba cinco años y tres meses en la empresa, en ingeniería de producción y mantenimiento, y al hacerme fija me apunté a la UNED para estudiar Ingeniería segura de que en aquella fábrica estaba mi futuro y mi vida. Sin embargo, de la noche a la mañana llegó la carta y se me rompieron todos los sueños. No soy capaz de explicar lo que viví entonces, pero sí sé que eso no se lo deseo ni a mi peor enemigo.

Tuve la suerte de que a los pocos meses salieron oposiciones de delineante en el Ayuntamiento de Logroño y aprobé y saqué una plaza de interina, pero no me llamaron durante muchísimo tiempo, lo que me creó aún más angustia y ansiedad. Fueron muchos días sin dormir y con ansiolíticos para poder sobrellevar la situación. Por fin me incorporé y con el tiempo aprobé las oposiciones, saqué la plaza de funcionaria y recuperé una época de estabilidad que ha vuelto a romperse desde el 19 de enero, el día que Altadis anunció el cierre de la planta de Agoncillo donde trabaja mi marido. Diez años después tienes que volver a vivir la misma pesadilla, otra vez las negociaciones y las mentiras porque las multinacionales tienen su hoja de ruta diseñada y todo decidido», remacha Sara mientras posa sus ojos en su esposo, Daniel Varona, quien recuerda que «me afectó el cierre de Electrolux, pero los toros desde la barrera se ven de forma muy diferente. Además, aquella era una España totalmente distinta, en la que había casi pleno empleo en La Rioja y nuestras edades eran otras. Hoy me toca en primera línea, como afectado y miembro del comité. Altadis, como Electrolux, truncará la vida de más de 600 familias y lucharemos para que no le salga gratis».