Las bajas laborales repuntan en La Rioja por segundo año consecutivo tras cinco de caídas

El efecto fue inmediato y desde el 2008 el número de bajas laborales empezó a caer en picado. Ese año 3.909 personas acudían de media al mes a su médico de cabecera para solicitar la baja y un año después lo hacían 3.526. Es decir, en doce meses, la caída rozó el 10%. Un descenso que, aunque notable, no había hecho más que empezar.

Los años siguientes y con una situación económica que hacía aguas, los asalariados aguantaban cada vez más sin acudir al médico. La sucesión de despidos y expedientes de regulación de empleo no alentaban el absentismo entre las cada vez más raquíticas plantillas y en el 2010, la caída, con respecto al 2008, rondaba el 27%. 2.859 trabajadores solicitaban de media al mes la baja laboral, 1.050 menos que dos años atrás.

Y así hasta el 2013. Ese año se tocó fondo. Se solicitaban casi la mitad de incapacidades temporales que cinco años atrás: 2.015 de media al mes, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), o lo que es lo mismo, 1.894 menos, lo que representa una caída del 48,4%.

Con la recuperación económica los trabajadores comenzaron a perder el temor a acudir al médico y solicitar la baja laboral. El repunte fue tímido en el 2014. Ese año se concedieron una media 2.166 incapacidades temporales al mes, sólo 155 más que un año antes. Pero esa tendencia se ha visto consolidada con los datos del 2015. El año pasado, con cifras de enero a noviembre, de media, 2.423 empleados solicitaban la baja. Un aumento considerable de casi el 12% pero muy lejos todavía de las 3.909 incapacidades registradas en el 2006.

Durante estos mismos años, mientras el número de eventualidades de este tipo caían se producía otro fenómeno, los días de baja iban en aumento. Por ejemplo, mientras en el 2008, de media, un riojano estaba 29,25 días de baja, en el 2012 se superaban los 34 días. ¿Qué ocurrió el año pasado? La cifra fue muy similar a la de los años anteriores. Los riojanos estaban enfermos una media de 33,69 días.

Inversión en prevención

Para el secretario de Empleo y Salud Laboral de UGT, Juan José Bárcenas, el fenómeno del repunte tiene otra justificación. Parte del hecho de que en los años más crudos de la crisis, las empresas dejaron de invertir en algunos departamentos y uno de los más afectados fue el de salud laboral.

«Se ha invertido menos en adecuar maquinaria, no se han realizado las pertinentes revisiones médicas, no se han adecuado los planes de prevención... y todo eso, al cabo del tiempo, si no hay un mantenimiento adecuado y los trabajadores no pasan las revisiones, va empeorando, es como una enfermedad, y al final estalla». Y eso es lo que, en su opinión, ha ocurrido en estos dos últimos años, es decir, la falta de mantenimiento ha favorecido el repunte de las bajas laborales.

A todo ello hay que añadir, a su entender, que las mutuas han entrado a valorar las contingencias comunes, es decir, hacen un seguimiento de las mismas y «si una persona tiene un accidente laboral, al cabo de un tiempo le llamaban y le 'conminaban' a mejorarse antes para ir a trabajar y eso pasaba en temas puramente laborales».

Ahora, como un porcentaje altísimo de empresas tienen las contingencias comunes concertadas con las mutuas, ocurre lo mismo, es decir, «aunque tengas un catarro, la mutua también te llama».

Para Bárcenas es básico que las empresas vean la prevención laboral como una inversión y no como un gasto porque al final redunda en beneficio del trabajador y de la propia compañía.