Teri Sáenz
Lunes, 29 de febrero 2016, 01:28
El Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de La Rioja recibió a lo largo del pasado año 27 denuncias de clientes insatisfechos con el tratamiento dental recibido. El 74,3% de ellas (20) tuvo como protagonistas a algunas de las franquicias ubicadas en la región ... y el objeto de queja fue una mala praxis vinculada a la planificación de la asistencia (bien por ser equivocada o sobredimensionada) o a su ejecución final.
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colegiados hay inscritos en La Rioja. La ratio es de uno por cada 1.400 habitantes, cuando la OMS aconseja 1/2.400.
denuncias en total se cursaron el año pasado ante el Colegio Oficial. 20 de ellas tuvieron como objeto clínicas franquiciadas.
En plena polémica por la detención de la cúpula nacional de Vitaldent por un presunto delito de fraude y blanqueo de dinero y después del repentino cierre de las oficinas de Funnydent repartidas en Madrid y Barcelona, la estadística de la institución que agrupa a los 220 colegiados en la región descubre, además, un alza constante de las denuncias que recaen sobre las franquicias. A ellas se refirieron el 57% de las 11 quejas cursadas en el 2014, mientras que un año atrás la ratio se situó en el 33% de un total de 16. En lo que va del presente ejercicio, el Colegio de Dentistas ha recogido en sus instalaciones dos escritos, uno de ellos en relación a una clínica de ámbito nacional.
"Se veía venir"
La evolución del tipo de protestas cursadas oficialmente constata las dudas que los profesionales independientes del sector han venido apuntado sobre las franquicias en los últimos años. «Se veía venir», resume Antonio Tamayo. Varios son los factores que el presidente de los dentistas riojanos advierte que intervienen en el funcionamiento de las franquicias y les ha colocado en el ojo público.
Por un lado, su modelo de negocio. «En numerosos casos, el diagnóstico lo ofrece un comercial de la marca que trabajan por objetivos y porcentajes», explica uniendo ese hecho a que la financiación de los tratamientos corresponda a una entidad ajena a la clínica. «Al depender de un tercero, si existe un problema, la franquicia en sí no se hace cargo», indica.
en el 2009
No es la primera vez que las franquicias dentales se sitúan en el punto de mira. Uno de los primeros escándalos relacionados con las marcas que operan en el conjunto del país llegó a finales del 2009. De la noche a la mañana, Dental Line cerró las puertas de los casi 70 centros repartidos por toda España.
Entre ellos, el que llevaba abierto durante tres años en el centro de Logroño. La súbita cancelación dejó en la estacada a casi 160 riojanos incluida la propia directora de la delegación en la comunidad que habían iniciado allí su tratamiento e incluso ya lo habían pagado parcialmente a la financiera vinculada a la franquicia. El caso derivó en una avalancha de denuncias particulares y una querella por parte del Colegio Oficial de Dentistas de Cataluña.
En ese punto se inscribe una de las demandas que viene clamando el Consejo General de Dentistas: un cambio normativo orientado a que la mayoría del patrimonio social y el número de titulares de esta clase de sociedades corresponda a socios profesionales, de forma que se vincule la prestación del servicio al conocimiento y la buena praxis asistencial. «Así se evitaría que el control de las clínicas recaiga en manos de empresarios ajenos al sector que, en la mayoría de las ocasiones, tienen como principal objetivo lograr el mayor beneficio económico en el menor tiempo posible».
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Abundancia de dentistas
La proliferación de profesionales se antoja como otra de las claves. Además de la oferta académica pública, la apertura en las últimas décadas de una treintena de facultades privadas de Odontología -hasta 1986 se requería cursar Medicina con las especialidad de Estomatología- ha provocado que anualmente 'salgan' al mercado en torno a 3.000 especialistas. Las principales consecuencias son dos. Por un lado, la facilidad de las franquicias para contratar dentistas de nuevo cuño por salarios muy ajustados y, por otro, un desequilibrio de la ratio de odontólogos.
«La recomendación de la OMS es de un dentista por en torno a 2.400 habitantes, mientras en España estamos ya en uno por cada 1.400», señala Tamayo para reconocer cómo ese gigantesco volumen de titulados ha rebajado no sólo los sueldos sino el reconocimiento social del que históricamente han disfrutado los expertos.
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El mensaje de cautela respecto a las franquicias por parte del Colegio Oficial se combina con una llamada a la tranquilidad de los clientes de Vitaldent en La Rioja. Como advierte el presidente de la institución, el caso se inscribe según las primeras investigaciones en un ámbito fiscal y no estrictamente asistencial.
Su consejo incluye conservar todos aquellos documentos que acrediten el tratamiento y el coste acordados y conocer las cláusulas que obligan a ambas partes. Una defensa de los interés particulares a los que el Colegio se presta a respaldar como ente de derecho público.
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