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Pío García
Domingo, 21 de febrero 2016, 01:11
Si usted piensa que esta semana ha hecho frío, consulte las hemerotecas. Los viejos del lugar (de cualquier lugar) dicen que ya no nieva como antes. Hemos vivido una semana con temperaturas bajas, pero no gélidas, y la nieve ha caído con alguna intensidad en la sierra, pero ni se ha asomado por el valle. En Logroño sólo se registraron algunos copillos volanderos, desmayados y fugaces que se convertían en agua a medio camino.
No ha hecho frío. Antes el frío era otra cosa: un ventarrón gélido que bajaba directo del Ártico, como si alguien se hubiera dejado todas las ventanas abiertas, y barría la Península con afición y denuedo, sin contemplaciones. En el año 1956, por ejemplo, en el mes de febrero, se sucedieron tres olas de frío sucesivas (¡tres!) que se descolgaron de Siberia y arrasaron España dejando hermosas imágenes de pesadilla: la nieve sobre los barcos en Ibiza, por ejemplo, o los ventisqueros de doce metros en la sierra de Urbasa. En Burgos nevó dieciséis días seguidos. En Cervera se heló el río Linares y los mozos del lugar aprovecharon para patinar sobre sus aguas.
En los Cameros, los vecinos organizaban batidas para disparar a los lobos hambrientos que merodeaban por pueblos y aldeas. «El pueblo de Autol -dice 'Nueva Rioja'- quedará casi en la miseria por la falta de hortalizas y pérdida de todos los cereales y frutas. El termómetro ha bajado de los 10,5 grados bajo cero la mayoría de los días de febrero».
El mercurio se derrumbó en toda Europa, y el periódico se hacía eco con asombro de que en París se hubieran registrado temperaturas más bajas que en el propio Polo Norte. Córdoba y Écija sufrieron siete grados bajo cero y en Pollensa (Mallorca) se acumuló un metro de nieve. En Puente Genil (Córdoba), una niña de seis años murió congelada en una casa de campo y en una cuadra de Castillo de la Reina (Burgos) fue hallado muerto de hipotermia un mendigo natural de Torrecilla, Gerardo Justo Pérez, de 72 años.
Fueron años heladores, de inviernos poderosos. Si atendemos a los registros de temperaturas, peor todavía fue el 1962. El 25 de diciembre se alcanzó la temperatura mínima más baja jamás anotada en el observatorio de Agoncillo: 11,6 bajo cero. También hubo grandes nevadas... y no solo en La Rioja: Barcelona amaneció con medio metro de nieve en las Ramblas. Graves problemas para todos, pero buen negocio, en fin, para el comerciante que decidió anunciarse en la cuarta página de 'Nueva Rioja' el 25 de febrero: «Sabañones. No sufra más. Use 'Preserbañón Júpiter'. Venta en farmacias».
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