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La estación popularizó el esquí y acercó esta práctica deportiva a provincias y regiones vecinas. :: Valdezcaray
Los efectos de Valdezcaray

Los efectos de Valdezcaray

El parque de viviendas y el número de plazas hoteleras y de locales, impactos más notables de la estación

CASIMIRO SOMALO

Sábado, 13 de febrero 2016, 22:15

Logroño. Cuarenta años después de su inauguración, puede afirmarse hoy que la contribución de la estación de esquí de Valdezcaray se ha centrado en Ezcaray y su entorno más cercano y se ha ido diluyendo conforme avanzan los kilómetros por el valle del Oja. La estación se puso en marcha con la intención de revitalizar la economía de una zona que perdía población y actividad de forma muy rápida, como sucedía en tantas otras de La Rioja.

Con datos objetivos sobre habitantes, viviendas, plazas hoteleras, establecimientos comerciales e incidencia en los sectores primario y secundario puede realizarse una valoración aproximada del impacto que ha tenido la creación de este complejo invernal riojano. ¿Qué ha supuesto y a costa de qué? ¿Se lograron los objetivos previstos inicialmente? ¿Ha sido una inversión rentable con un beneficio social para la zona?

Los escasísimos estudios realizados indican que los efectos han sido positivos, tanto en los indicadores demográficos como en las actividades económicas tradicionales. Pero también hay dudas en torno al proyecto, entre otras razones porque no hay datos oficiales sobre el montante de la inversión realizada a lo largo de los años que aclaren o midan el efecto en la economía local.

El dato más significativo y también el más visible es el del parque de viviendas. Ezcaray contaba con 821 viviendas en 1970 y en 2011, hace cuatro años, las cifras subieron a 4.138, es decir, la localidad ha multiplicado por cinco su volumen de vivienda. Hoy, según datos municipales, hay 5.500 viviendas, de las que sólo 800 son de residencia habitual. En su conjunto, las viviendas construidas tienen capacidad para acoger a más de 20.000 personas, diez veces la población de la villa.

Es evidente que nada hubiera sido igual si se hubiera autorizado la construcción de viviendas a pie de pista o si el acceso hubiera podido realizarse a través de la pista forestal que une el valle alto del río Cárdenas con el Oja hasta conectar con la actual carretera.

Por otra parte, los datos de población de Ezcaray y de la zona más próxima constituyen otro referente obligado. Ezcaray tenía 1.717 habitantes en 1981 y 2.054 en el 2012; Zorraquín pasó de los 48 a los 89; Ojacastro de 285 a 186 y, finalmente, Valgañón de 201 a 125 habitantes siempre en el mismo periodo.

Otro dato interesante para el conjunto del análisis es el número de plazas hoteleras. La localidad ezcarayense tenía turismo de verano hasta los años 70 y poco más de un centenar de plazas hoteleras. Todo cambió con la apertura de Valdezcaray. Así, en 1985 la oferta hotelera había subido a las 234 plazas, concentrándose gran parte de la misma en la villa. Un cuarto de siglo después, en el 2011, se contabilizaban cinco hoteles y dos albergues con más de 300 plazas, además de ocho establecimientos de apartamentos, más de 20 restaurantes y medio centenar de bares y cafeterías.

Diego Bengoa, alcalde de Ezcaray, reconoce la importancia de la estación en el desarrollo económico de la zona, basado en la nieve y la fabricación de butacas, precisó, sin obviar el apoyo al sector ganadero tradicional. No obstante, apunta, «la estación hoy es un complemento más. Lo hemos visto durante el puente pasado. Con la estación cerrada sigue viniendo muchísima gente. Quizás porque también está cambiando el perfil de los turistas que nos visitan y ahora vienen a ver naturaleza, paisaje, setas y gastronomía...».

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