Pablo Álvarez
Martes, 2 de febrero 2016, 21:29
España vive una «gastronomo-manía». Los medios de comunicación se llenan de apelaciones a la cocina de calidad, al producto de primera clase, al cariño por lo que da esta tierra como ninguna otra.
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Eso, en La Rioja, viene a ser sinónimo de cocinas ... de la huerta: como en la huerta riojana en casi ningún sitio, viene a ser el mensaje. Pero quizá resulta que el mensaje sea sólo eso, palabras. Porque la huerta riojana lo está pasando fatal. Los huertanos no venden, o lo hacen a precios ridículos porque, a la hora de la verdad, los consumidores tienden a preferir el precio a la calidad.
análisis
Así lo denunciaba la semana pasada el sindicato UAGR: «Prácticamente ningún cultivo de huerta es ahora mismo rentable», decía. Por muchos factores: el extraño invierno ha hecho que los cultivos de temporada hayan brotado ligeramente fuera de época, y casi todos a la vez: coliflor, brócoli, apio, borraja, acelga. Y también porque, según los productores, sigue habiendo una «entrada descontrolada» de producto de todos lados, «a precios baratos aunque de calidad pésima».
Respeto por la comida
Lo dice con cierta resignación Roberto Vázquez, horticultor calagurritano y responsable del sector de la huerta en UAGR. «Sabemos que tenemos calidad, pero con eso ya no hacemos nada», se lamenta. Vázquez, miembro de una familia que ve el asunto desde todos lados (su padre también tiene una tienda de barrio y es un veterano de los mercados del día a día), señala que a un gran número de consumidores les sigue faltando algo. «Tenemos calidad, pero lo que no tenemos es respeto por la comida».
Los horticultores riojanos tienen casi imposible competir en precio con las hortalizas que entran de fuera, cultivadas, dicen, «con unas normas de producción que no son las de Europa», según acusa Ángel Palacios, técnico del mismo sindicato. El etiquetado de las hortalizas debe indicar la procedencia del producto pero, señala Palacios, «no siempre es fácil verlo, y cuando se ve, la impresión que tenemos es que a mucha gente no le importa».
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«Hay que mirar la calidad y la procedencia», pide Vázquez. «Ya no digo preferir un producto riojano a uno de Murcia, pero es que hay otros países que no están jugando con las mismas cartas».
Para Vázquez es muy importante que el consumidor opte por la cercanía «y por la temporada». «Si comes producto de temporada, tienes muchas más posibilidades de consumir producto de calidad... y de aquí». Y su compañero Palacios remacha: «Al final, es una elección del consumidor, decir que yo prefiero algo que sea cercano y de calidad».
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