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Diego Marín A.
Jueves, 4 de febrero 2016, 21:50
El edificio, aún desnudo, transmite serenidad, casi una sensación de inocencia gracias a la luminosidad natural con la que cuenta. Es todo lo contrario a la claustrofóbica sede actual de los Juzgados de Logroño y su ambiente de culpabilidad, donde no parece haber escapatoria. El nuevo Palacio de Justicia espera su mobiliario antes de que el Juzgado de lo Social, el primer ente que se prevé que se traslade, comience a funcionar en su nuevo emplazamiento.
El equipamiento se adjudicará en cuatro lotes (mesas, armarios y taquillas, sillería, accesorios y salas de vistas) por valor de 1,6 millones de euros. Se esperaba que en menos de un mes estuvieran adjudicados pero un recurso retrasará la tramitación. También deben licitarse próximamente los servicios externos de seguridad, limpieza y mantenimiento de la jardinería del edificio.
El Palacio de Justicia está acabado y desnudo, sólo cuenta con el material de seguridad (tornos, detectores de metales, extintores, ventanillas) y la iluminación, incluida en obra. El espacio más completo es el vestíbulo, donde unas pantallas ya informan de turnos inexistentes y ofrecen una hora errónea. Por allí se estima que pasen 1.700 personas a diario. Es el único elemento que perdura del antiguo hospital militar, el espacio «más emocional». Dentro, los ascensores ya funcionan e informan sobre la meteorología.
«La arquitectura responde a la funcionalidad del servicio de Justicia. Está preparado y volcado para la funcionalidad», subraya el consejero de Políticas Sociales, Familia y Justicia del Gobierno de La Rioja, y añade que responde al concepto de «nueva oficina judicial, concentrando servicios para agilizar». Las siete sedes judiciales dispersas por todo Logroño se concentrarán en este único edificio, desde la Audiencia Provincial, pasando por el Tribunal Supremo de La Rioja hasta el Instituto de Medicina Legal.
Para procurar la mayor eficiencia, comodidad y accesibilidad se tiene prevista la próxima visita de técnicos del CERMI, especialistas en discapacidad física y psíquica, para detectar posibles barreras y dificultades de acceso y solventarlos.
Otro elemento diferenciador será la puerta de Santa Justa, de orientación sur, por donde se dará acceso a las bodas, el Registro Civil y el Juzgado de Guardia. Allí «el edificio es un elemento transformador, dinamiza la zona porque cambia la estética», declara Conrado Escobar. Es un lugar donde son protagonistas las plantas, lo verde. El nuevo Palacio de Justicia también cuenta con jardines interiores. En realidad son aperturas a la luz. «En 30.000 metros cuadrados lo difícil es lograr obtener luz natural pero lo hemos logrado casi al 100%, con el ahorro y comodidad que supone», destaca el consejero.
Los calabozos
Otra de las novedades que introduce el edificio es la separación de accesos en las salas de vistas, en las que el juez, los testigos y los detenidos dispondrán de diferentes accesos para respetar sus espacios y, sobre todo, para evitar situaciones incómodas. Cada sala dispone de una celda para que esperen los detenidos y esta comunica directamente con los calabozos, situados en el sótano, al mismo nivel que los archivos (con 20 kilómetros de almacenamiento), la sala de autopsias y el garaje de acceso directo. Los calabozos son lugares de paso, habitáculos poco iluminados, con servicio compartido, sin elementos externos, muy asépticos. Tristes.
El sótano es el único lugar siniestro del Palacio de Justicia. Sus otros tres pisos transmiten sosiego, transparencia, pulcritud. En la primera planta se situará la Fiscalía; en la segunda, el TSJ; y en la tercera, la Audiencia Provincial. «La idea de organización es la de separar por jurisdicciones», explica Cristina Maiso, directora general de Justicia. Toda la instalación contará con 'archivos vivos' para facilitar la documentación, enfocados, como todo en la nueva construcción, a favorecer la integración. Como la 'oficina paisaje' de la segunda planta, «una nueva filosofía para que los funcionarios trabajen en los servicios comunes en una administración muy diáfana, evitando circulaciones y favoreciendo un ambiente más íntimo, es otra dimensión», afirma Maiso.
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