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EFE
Martes, 26 de enero 2016, 18:02
La Consejería de Educación del Gobierno de La Rioja contabilizó once casos de acoso escolar, considerados como tales por su incidencia reiterada, en el curso 2014-2015, según ha informado hoy su subdirector general de Universidades y Formación Permanente, Miguel Ángel Fernández Torroba.
Estos ... once casos se incluyen en las treinta incidencias que fueron notificadas a la Consejería de Educación el pasado curso escolar, aunque no todas se catalogaron como acoso por su escasa incidencia, ha precisado.
La Consejería tiene un protocolo establecido contra el acoso escolar, que fue activado sobre estos once casos, que están resueltos, aunque se incrementó su intensidad en conductas más reiteradas, con medidas como las expulsiones temporales del centro del acosador y el cambio de colegio del menor acosado, en los casos más graves, ha precisado.
Estas notificaciones fueron transmitidas a la Consejería a través de los centros y sus profesores, sin que haya casos en los tribunales, ha informado Fernández Torroba, quien ha destacado la concienciación, cada vez mayor, de los centros en la aplicación de medidas preventivas, en especial, para evitar todo lo relacionado con el acoso por internet, conocido como"cyberacoso".
Agresiones físicas y verbales
Además de la impronta creciente de las redes sociales, el denominador común de los casos de acoso e incidencias registrados en La Rioja son agresiones psíquicas y verbales de menores, generalmente, de Educación Secundaria, escolarizados en centros públicos y concertados, ha explicado.
La Consejería también tiene habilitado el teléfono gratuito 900 100 509 de asesoramiento contra el acoso escolar, que en el pasado curso recibió dos llamadas, cifra que ha calificado de "escasa".
Ello indica que la mayor parte de las veces el problema se traslada desde los centros educativos a la propia Consejería, ha subrayado el subdirector general.
Ha recalcado que, aunque no se puede bajar la guardia, el acoso escolar no se puede considerar un problema en La Rioja, ya que las cifras registradas son "muy bajas" para una población estudiantil "bastante heterogénea".
En el curso 2013-2014, se registraron veinte incidencias ante la Consejería de Educación, de las que nueve se consideraron acoso escolar, al mismo nivel que los once del curso 2014-2015.
Programa KiVa
En el ámbito de la prevención, a las diferentes iniciativas de la Consejería, algunas en colaboración con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, también se suma el programa finlandés KiVa, que el Gobierno riojano estudia implantar el próximo curso 2016-2017.
Este programa, que ya está implantado en Italia, Reino Unido, Países Bajos y Hungría, además de en Finlandia, ha demostrado la reducción de entre un 30 y un 40 por ciento de los casos de acoso escolar, ha detallado Fernández Torroba.
Ha informado de que, en la actualidad, la Consejería está en conversaciones con profesores de centros de Finlandia para estudiar la forma de aplicar este programa en La Rioja, que sería la primera comunidad española en implantarlo, según sus datos.
Este programa, ha explicado, es una medida preventiva contra el acoso escolar que implica a toda la comunidad educativa, de manera que se logra que el acosador sea rechazado socialmente por todo el grupo y, en cambio, la persona acosada sea respaldada.
Recomendaciones
A estas medidas se suman las incluidas en la fase de actuación, con los correspondientes protocolos establecidos por la Consejería, que Fernández Torroba entiende que dan resultado, y que se completan con una serie de recomendaciones a padres y profesores, quienes deben estar muy atentos a la conducta de los jóvenes.
Entre estas recomendaciones, ha citado la importancia de que los padres estén muy atentos a los cambios de conducta de sus hijos; si presenta síntomas psicosomáticos, como dolor de cabeza y estómago; si se resiste a acudir al colegio o si después de unas vacaciones no quiere asistir a clase, entre otras.
Ha concluido que no hay que alarmarse, aunque ha incidido en la importancia de que padres y los profesores estén vigilantes y en alerta ante cualquier síntoma lo comuniquen.
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