Los sindicatos asumirían recortes laborales para intentar retrasar el cierre de Altadis

La representación de los trabajadores insiste en que el primer objetivo es frenar la clausura de la planta y, sólo en segunda instancia, «soluciones paliativas»

LUIS JAVIER RUIZ

Jueves, 21 de enero 2016, 19:07

Poco más de 24 horas después de que la dirección de Altadis informara al comité de empresa y a los trabajadores de que el 30 de junio dejará de funcionar la fábrica de El Sequero, la planta de la tabaquera continúa en estado de 'shock', ... pero dando ya los primeros pasos para trabajar desde dos frentes: uno, en La Rioja, impulsado por el comité de empresa de la fábrica riojana; otro, en Madrid, desde donde trabajan los delegados estatales. El objetivo compartido y principal es el mismo: convencer a Imperial Tobacco de que el cierre es un error y conseguir que Altadis siga viva en La Rioja. Ese es el obligatorio punto de partida, pero la sensación, también compartida, es que ese reto es casi una quimera y que la multinacional tabaquera no dará marcha atrás.

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A expensas de que la dirección de Imperial Tobacco ofrezca más información a los representantes de los trabajadores, en la reunión que ayer celebró en la planta de El Sequero, el comité de empresa fue más allá de trazar su calendario de movilizaciones. Luis Enrique Medina, presidente del comité, explicaba que «lo primero es el no al cierre de la fábrica y, lo segundo, las medidas que entendemos que tienen que formar parte del plan social que acompañe al proceso de cierre de la planta. Vemos que evitar el cierre es casi casi imposible. No hay ningún precedente. Sólo el de Coca Cola y fue judicialmente», explicaba ayer desde la fábrica riojana de Altadis al tiempo que insistía en que pondrán en marcha todas las medidas necesarias para que el proceso de negociación «vaya lo mejor posible».

Con un fluido y permanente intercambio de información entre Logroño y Madrid -donde están las oficinas de Altadis en España-, Medina (CCOO) se sumaba a las consideraciones y líneas de trabajo trasladadas por Pilar Calvo, delegada estatal de UGT. En conversación con este periódico, Calvo dejaba entrever que sobre la mesa se pondrán todas las bazas para intentar eludir el cierre o, en caso de ser esto imposible, buscar una «solución paliativa» que retrase lo máximo posible el proceso de cierre. De hecho, tanto Calvo como Medina coinciden en que es técnicamente imposible cerrar la planta para el ecuador de este 2016: «En toda la historia de Altadis nunca ha habido esa premura de tiempo en un cierre. No hay tiempo suficiente. Nuestro primer paso es el no al cierre, el segundo sería que no aceptamos esos plazos de tiempo», insistía desde la planta riojana Luis Enrique Medina.

«Consideramos que la fábrica tiene aún vida durante al menos cinco años más. No puede ser algo tan a corto plazo. Tenemos que dar una respuesta a Logroño y nuestro objetivo es darle la mayor continuidad posible para que los trabajadores tengan una solución y no sea de aquí al 30 de junio», defendía Calvo que apuntaba que «se sondeará la posibilidad de que la dirección de Imperial Tobacco dé continuidad a la fábrica realizando prejubilaciones u otras medidas como trabajar menos turnos o plantear algún expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). Tiene que haber una vía intermedia que nos dé una solución paliativa».

Reunión en Londres

El punto de partida de todo ese proceso negociador llegará la próxima semana, cuando la firma remita a la representación sindical un dossier con toda la información necesaria para abrir esas conversaciones. También hay fecha y lugar para el primer 'cara a cara' de Imperial Tobacco y trabajadores: será en Londres (sede de la firma tabaquera) los días 1 y 2 de febrero. A ese encuentro están convocados la delegación de España y el comité restringido europeo, según informó Calvo.

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Ese reiterado rechazo al cierre tiene, defienden los dos representantes sindicales, bases sólidas. «Es cierto que hay una importante presión regulatoria y un descenso del consumo de tabaco, pero los beneficios de la compañía no decrecen, por lo que no es un motivo que justifique el cierre el descenso de las ventas cuando suben los ingresos», completaba Pilar Calvo: «Es un cierre injustificado y no hay ningún motivo para que la compañía tome esta decisión. La fábrica se puede mantener».

Para Medina, la empresa ha jugado con las cartas marcadas y ha forzado la situación. Recuerda que la planta riojana siempre ha sido comparada con las de Europa occidental y en base al coste de transformación. «El de nuestra planta es inferior al de Langenhagen, a donde se van a llevar parte de la producción. No lo entendemos», defiende.

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Menos aún entiende que el criterio utilizado para justificar el cierre sea el de saturación. «Todas las fábricas tienen sobrecapacidad y la de La Rioja está ahora por encima del 50 por ciento de su maquinaria sin utilizar. Primero se han llevado la producción y luego dicen que es la que menos trabajo tiene y cierran. A ello se ha unido la situación de Oriente Medio, de Irán, Irak y Siria, que ha bajado nuestra producción. Si la comparación la hubieran hecho hace un año el resultado habría sido diferente. Ese dato es irrelevante».

Además la planta riojana se había comprometido con mejorar la producción. «Estábamos en un proyecto de organización que terminaba en junio para que nuestra maquinaria fuera más eficiente y nuestra gente más productiva. No han esperado a que terminara y nos comparan con plantas que sí lo tienen en marcha».

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