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Pablo Álvarez
Martes, 12 de enero 2016, 21:30
Las rebajas ya no son lo que eran. Desde que en España se liberalizaron los periodos de descuentos (los comercios pueden ya lanzarlos cuando lo deseen, sin tener que limitarse a los dos periodos «de siempre») el tirón de las campañas de enero y de ... verano perdió enteros.
Pero algo sigue quedando. Y con el regreso de cada periodo de rebajas vuelven también las dudas, las suspicacias y las denuncias de las asociaciones de consumidores. ¿Son de verdad rebajas las rebajas?
análisis
Para Facua, aunque en muchos casos sí, en otros no tanto. «Cada temporada de rebajas, muchos comercios intentan tomar el pelo a los consumidores», dice la asociación de consumidores. El método: falsear los precios «para hacer creer que tienen importantes descuentos que en realidad no existen o están hinchados».
Facua advierte también de que es muy frecuente el caso de comercios que hinchan los precios de algunos productos en los días previos, «para después anunciar un descuento de forma fraudulenta». La asociación pide más control de las administraciones autonómicas, las competentes en el asunto. Porque es un fraude al consumidor, sí, pero también una práctica de competencia desleal para los comerciantes que sí hacen descuentos reales.
El control de la masa
Pero mientas ese control llega, Facua ha lanzado una iniciativa que está teniendo un eco considerable. Con la etiqueta #TimoRebajas, la asociación ha pedido a los consumidores que compartan por las redes sociales los ejemplos que encuentren de falsas rebajas.
Y los ejemplos han ido llegando. En algunas ocasiones, los consumidores que estaban ojo avizor han compartido los precios antes y después de las rebajas, mostrando ejemplos de rebajas mínimas o incluso de ascensos de precios. En otros, las fotografías muestran cambios más burdos, como pegatinas sobre las etiquetas que, una vez levantados, desvelan que el precio original era, en realidad, más bajo que el «rebajado».
Algunos de esos ejemplos parecen debidos más a un error de etiquetado que a un propósito de fraude, pero no siempre es así. Por si acaso, Facua recomienda a los consumidores «que no se dejen cegar por los enormes descuentos que supuestamente se aplican en muchos productos y valoren tres elementos esenciales: si el precio final es realmente razonable, si el producto resulta necesario o si representa un capricho asumible que no provocará un arriesgado aumento de sus niveles de endeudamiento». Y en todo caso, recordar: todo tiene dos años de garantía. Incluso en rebajas.
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