La crisis nos hace más 'verdes'

Ésa es la principal conclusión que se extrae de la Hoja de Ruta 2020 que la Comunidad Autónoma aprobó en el 2014 y en la que se manejan los escenarios de emisiones de los denominados sectores difusos (excluidas las grandes industrias, que llevan un régimen de control propio).

Concluida la reciente Cumbre del Clima de París, en la que se pactó un objetivo de evitar que la temperatura del planeta aumente más de dos grados en el siglo actual, la Unión Europea continúa con su guión para reducir las emisiones, que, en la primera etapa heredada del protocolo de Kioto, prevé rebajar para el 2020 en un 20%, alcanzar una cuota de energías renovables del 20% y ahorrar un 20% del consumo energético sobre las cifras del año base (1990).

Ello se traduce en un compromiso para España de reducir los gases de efecto invernadero en el año 2020 en un 10% sobre el 2005 y, por extensión, en la comunidad riojana. ¿Cómo están las cosas en la actualidad? La Rioja cumplirá su objetivo para final de la década: «Hay prevista una cierta recuperación económica, pero descartamos la vuelta a los niveles previos a la crisis», confirma José María Infante, director general de Medio Ambiente del Gobierno riojano.

Los denominados sectores difusos (contaminantes a 'pequeña' escala) emiten (año 2014) 1.854 kilos de toneladas equivalentes de CO2 y la previsión es elevar la cifra hasta 1.998 en el 2020, lo que nos situaría dentro del objetivo de la década (hasta 2.014,5 kilos de toneladas).

La contaminación difusa incluye el ámbito residencial, el transporte, el comercio, la pequeña industria, la agricultura y el tratamiento de residuos y depuración de aguas y es la que está regulada por los objetivos comunitarios, aunque no todos los grupos llevan el mismo ritmo (ver infografía adjunta): «La previsión es que el pequeño sector energético y la industria, pese a prever ese incremento de la actividad económica que comentaba, cumplirán con creces y nos dejarán un margen para compensar otros sectores». En este sentido, el estallido de la burbuja inmobiliaria ha supuesto el cierre de numerosas empresas de la construcción y un fuerte freno a la fabricación de ladrillos, hormigones y otros materiales de construcción que precisan un alto nivel de emisiones. Aquella'fiebre' no volverá, lo que nos ha hecho más 'limpios'.

Los mayores esfuerzos de Medio Ambiente en los próximos años se centrarán en los sectores residencial y del transporte, que, según las previsiones de la Hoja de Ruta de Difusos, superarán sus límites parciales para el 2020: «No es fácil porque la sustitución de calderas en el sector residencial, por ejemplo por las de biomasa, se desarrolla lentamente y, en el caso del transporte, la alternativa de los coches eléctricos, con la limitada autonomía que actualmente tienen, hace que se conviertan como mucho en una segunda opción para las familias». De hecho, el transporte, con un 36% del total de emisiones difusas, y los usos residenciales y comerciales, con un 19%, son los principales grupos contaminantes del aire en la comunidad riojana.

La agricultura, responsable del 19% de la emisiones, podría también superar su umbral máximo, aunque José María Infante apunta que tampoco es fácil recortar: «La mayor parte de las emisiones son naturales e indirectas, por la generación de metano en la digestión del ganado, con lo que el objetivo es minimizar la aplicación de abonos nitrogenados, que suponen el 33% del total de gases de efecto invernadero del sector agrario». Algo similar sucede con los residuos y aguas residuales: «Cuanto más depuras más degradas la materia orgánica», explica Infante.

La nueva etapa, 2020/2030

El director general de Medio Ambiente no tiene tan claro qué sucederá cuando entre en vigor la segunda etapa planteada por la Unión Europea, tras la reciente Cumbre de París, con unos compromisos notablemente más exigentes: en principio, la rebaja en un 40% para el año 2030 de las emisiones y la previsión de que un 30% de la energía utilizada proceda de fuentes renovables. Habrá un fondo 'verde' de 100.000 millones de dólares anuales que aportarán los países desarrollados según acordaron en la cumbre, pero «los objetivos son muy ambiciosos», admite Infante. «El 21% del consumo energético de La Rioja es de fuentes renovables en estos momentos, pero alcanzar los porcentajes tan ambiciosos marcados no será fácil».

En este sentido, José María Infante señala que «las calderas de biomasa, sobre todo en el ámbito rural, son muy buena opción y, como decía, el desarrollo del coche eléctrico para mitigar emisiones del transporte, pero habrá que ver en qué condiciones están esos avances en la década próxima».