Omella será arzobispo de Barcelona

El obispo de la diócesis riojana sustituirá "de forma inminente" a Lluis Martínez Sistach en pleno conflicto independentista

efe | p.garcia

Jueves, 5 de noviembre 2015, 16:23

El actual obispo de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, Juan José Omella, será el sustituto del arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, según ha confirmado Efe en medios eclesiásticos.

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Sistach, que ha sido uno de los participantes, invitado por el ... Papa Francisco, en el Sínodo de la Familia, será relevado "de forma inminente", seguramente en los próximos días, ya que tiene en la actualidad 78 años, tres más que la edad la edad reglamentaria de jubilación.

El nombramiento de Omella ha causado sorpresa y desazón en algunos sectores de la Iglesia catalana y en algunas órdenes religiosas, que habían propuesto al Papa Francisco que el sustituto de Sistach fuera su obispo auxiliar, Sebastià Taltavull, o en su defecto el actual arzobispo de Urgell, Joan Enric Vives.

Sin embargo, han valorado que Omella, que habla catalán, es un obispo dialogante y considerado de talante progresista, próximo al papa Francisco, y que ha hecho buena gestión en todas las diócesis en las que ha estado.

"Es un buen pastor, abierto, social, equilibrado y ponderado, que entiende muy bien la idiosincrasia de Cataluña, entiende el problema catalán y no es anticatalán. Es el hombre en el que el papa Francisco confía para renovar la Iglesia en España", han opinado fuentes religiosas consultadas por Efe.

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Catalanoparlante

Omella, que durante un año trabajó como misionero en Zaire, nació en la localidad turolense de Cretas, situada en la zona del Matarraña, limítrofe con Cataluña y donde también se habla catalán, el 21 de abril de 1946.

El que será nuevo arzobispo de Barcelona estudió en el Seminario de Zaragoza y en Centros de Formación de los Padres Blancos en Lovaina y Jerusalén.

El 20 de septiembre de 1970 recibió la ordenación sacerdotal y empezó a trabajar como coadjutor y como párroco. Entre 1990 y 1996 fue Vicario Episcopal en la diócesis de Zaragoza. En 1996 fue nombrado obispo auxiliar de Zaragoza y tres años más tarde pasó a ser obispo de la diócesis de Barbastro-Monzón.

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Entre 2001 y 2003 fue Administrador Apostólico de Huesca y de Jaca, hasta que el 8 de abril de 2004 fue nombrado obispo de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño. Es miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social desde febrero de 2002 y con anterioridad, desde 2000 fue presidente en funciones de esta misma Comisión.

Omella, que también es consiliario nacional de la ONG Manos Unidas, sugirió hace unos meses crear un fondo para ayudar a los parados sin ingresos, que se nutriría, entre otros, de una aportación voluntaria de los sacerdotes a través de una de sus dos pagas extraordinarias o de un 10 % de su sueldo durante un año.

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El obispo de Logroño también pidió el pasado mes de septiembre a los sacerdotes riojanos que animaran a los feligreses a acoger con "generosidad y afecto" a refugiados y a prestarles toda la ayuda posible.

Omella ha dispuesto dos casas de la diócesis, con hasta 170 plazas, para acoger refugiados.

El pasado 27 de octubre, el que será nuevo prelado de Barcelona, declaró que los partidos políticos "deben dejar a un lado la ideología y los partidismos" y trabajar de forma conjunta y con otras asociaciones y entidades para lograr un pacto social, en el que puedan participar todos y no se aisle a nadie.

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Sonando

El nombre de Omella llevaba meses sonando para este y otros altos puestos eclesásticos. Desde hace ya tiempo, pero más desde el pasado invierno. A medida que se acercaba el momento de la designación (prevista para la próxima primavera), su nombre cobraba mayor fuerza. Pero el nombramiento previsto para la primavera se ha venido retrasando, lo que sin duda habla de la complicación que tiene el arzobispao catalán en estos momentos.

En Juan José Omella, formado en los Padres Blancos y con experiencia misionera, concurren varias características que lo hacen idóneo para esa sede. En primer lugar, su vocación social (es obispo consiliario de Manos Unidas) lo convierte en un hombre del agrado del Papa Francisco y en una persona que entronca bien con la sensibilidad de una ciudadanía (católica o no) que pide a la Iglesia que sitúe en primer plano su compromiso con los pobres y los más necesitados.

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Además, al haber nacido en la "franja" aragonesa es catalanoparlante, con lo que cumpliría de una manera muy sutil (muy vaticana) uno de los requisitos más demandados por el clero catalán y por buena parte de la sociedad de aquella comunidad autónoma, pero sin por ello arrojar un tronco más a la hoguera del separatismo.

El obispo riojano contaba además en su candidatura con el apoyo de cardenales tan cualificados como el hondureño Óscar Madariaga, el itialiano Beniamino Stella o el español Santos Abril, todos ellos cercanos al actual Papa.

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