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Maite Mayayo
Lunes, 31 de agosto 2015, 23:45
Las motos han adelantado posiciones con la rapidez que les caracteriza. Una década ha bastado para que su presencia en las carreteras de La Rioja se duplique y, a día de hoy, ya representan el 7,2% del total del parque regional de vehículos. Si ... en el 2004, las estadísticas incluían 7.213 motos y su incidencia en la flota regional apenas llegaba al 4,4%, diez años más tarde su número alcanzó las 14.229 (7% del total); hoy son 14.462.
Y es que los ciudadanos en general (no sólo en La Rioja) parecen elegir la moto para moverse sobre todo por la ciudad. Así lo corroboran desde varios negocios de venta en Logroño. «Se busca un segundo vehículo para poder liberarte del coche en la ciudad», señalan en Hogar Ciclos. Son rápidas y ahorran tiempo en los desplazamientos, sortean con tranquilidad los temidos atascos en horas punta, y, en cuestión de aparcamiento aprovechan todos los espacios. Son más económicas que un coche (mantenimiento, seguros, gasolina...) y está claro que sólo la bicicleta por su precio y eficacia medioambiental le supera. Si la referencia es el placer del rutero de explayarse por las carreteras de la región, del país o del extranjero, pocas emociones le igualarán en aventura y sensación de libertad. En uno u otro sentido, a las motos les queda mucho camino aún y más a partir de ahora cuando, tras el inevitable frenazo de la crisis, las máquinas del asfalto comienzan a recuperar sus números con cierta alegría aunque muy lejos de las marcas de hace siete años. «Con la crisis se dejó de vender todo y ahora muy poquito a poco se va levantando», explican.
Cuando arrancó el siglo, La Rioja no llegaba a las 6.500 motos, apenas el 4,4% del total de vehículos. Desde entonces su número no ha dejado de crecer y su peso sobre el conjunto de la motorización de la región ha ido arañando décimas año tras año y siempre al alza.
Las dos ruedas alcanzaron las 7.213 unidades en el 2004 y, una década más tarde, circulaban por la comunidad 14.229 (el 7% de la flota regional). Son datos de la DGT que añaden una cifra más a cierre de mayo del 2015: 14.462 motos (el 7,2% del censo de vehículos riojanos).
Para dejar constancia del alcance del sector sólo hay que darse cuenta de que desde el 2006 el parque activo de vehículos se ha incrementado el 14,6% mientras que el de las motocicletas lo ha hecho en el 56,3%.
Matriculaciones al alza
La pujanza del sector observada en el número de matriculaciones quedó fuertemente herida con la crisis y aunque comienza a 'levantar rueda' aún está muy lejos de aquellas cifras. Si en el 2007, la DGT contabilizó 1.267 matriculaciones de motos en La Rioja, la cifra se estrelló en el 2009 con 642. Y desde entonces ha ido a la baja hasta situarse en 410 en el 2013. En el 2014 se aprecia ya el repunte con 520 matriculaciones. Los datos del 2015 resultan alentadores, a tenor de la DGT, que en su estadística recoge 391 matriculaciones sólo en lo que va de año, de forma que el sector confía en que las cifras al cierre del año depararán una agradable sorpresa.
Corroboran esta impresión las estadísticas de Anesdor, la patronal de los fabricantes del sector sobre dos ruedas, cuyos datos referidos a La Rioja indican que las matriculaciones de motocicletas subieron entre enero y julio de este año el 19,8% frente al 22,7% nacional mientras que el sector de ciclomotores lo hizo en el 35,5% (la media nacional fue del 11%).
En el caso de Logroño, por sus calles ruedan a fecha de hoy casi 10.000 motos, quince años atrás lo hacían 4.619. En este tiempo el hito más importante procedió de la ley de Tráfico que en el 2008 convalidó el permiso B (turismos) para permitir conducir una moto de hasta 125 cc. El objetivo era mejorar la fluidez de la circulación y reducir el número de turismos. El salto del coche a la moto fue un hecho hasta el punto de que la reina de las calles es en la actualidad la 125, tal y como certifican en los negocios de la capital. La estadística oficial municipal refleja un crecimiento del 35,4% en los últimos siete años, al pasar de las 4.819 del 2008 a las 6.525 actuales y la mayoría en esa cilindrada (por contra el desplome de los ciclomotores es evidente: -25,3%).
Y las ciudades también se han adaptado a la fuerte presencia del 'scooter' y de los 'naked' en sus calles. En Logroño, por ejemplo, el número de plazas de aparcamiento reservadas para las motos se ha más que duplicado en los últimos años. Antes del 2010, las dos ruedas disponían de 268 espacios propios. A día de hoy, la reserva de plazas se eleva a 622 repartidas por toda la ciudad y con especial incidencia en el centro urbano.
Los problemas de circulación, de aparcamiento y la crisis han modificado los hábitos de muchos conductores urbanos y la moto (junto a la bici) ha sido una de las alternativas.
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