MARÍA FÉLEZ
Sábado, 29 de agosto 2015, 22:45
La sombra de la inseguridad planea sobre los festejos taurinos populares después de que, en lo que llevamos de verano, nueve personas hayan perdido la vida en este tipo de eventos que se realizan cada verano en calles y plazas españolas. ¿Puede ser seguro un ... encierro? La obsesión por la seguridad ha sido máxima en los últimos años en este tipo de festejos. En Pamplona, 'meca' de los encierros populares, muchos han sido los pasos que se han dado enfocados a convertir un acto de riesgo en un acontecimiento que no suponga un peligro constante para el participante. En el 2014 se aprobó una nueva ordenanza para aumentar la seguridad entre los corredores. Pero... ¿se puede extrapolar la situación de Pamplona al resto de los encierros de nuestras localidades?
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- Edad. En principio, no pueden participar menores de 16 años en ningún festejo. En concursos de cortes y anillas y encierros de machos de más de tres años se amplía la prohibición hasta los 18 años. Ahora bien, se puede autorizar excepcionalmente la celebración de espectáculos taurinos tradicionales en los que participen menores de 16 años.
- Alcohol. No podrán participar quienes presenten síntomas evidentes de intoxicación alcohólica o de cualquier sustancia estupefaciente. Pero no se regula cuál es la tasa de alcoholemia máxima permitida.
- Vallado. A priori, la totalidad del recorrido debe estar vallado a ambos lados de la calle, aunque de nuevo con excepciones cuando por la comisión organizadora se haya garantizado que las puertas del recorrido estén cerradas.
- Vallado doble. Es obligatorio en el caso de que participen machos de 4 años o más edad debiendo dejar un pasillo entre una y otra valla que permita la circulación de una res en caso de rotura, así como evacuar a un eventual herido, pasillo que en ningún caso podrá ser ocupado por los espectadores.
- Objetos. Está prohibido portar armas, botellas, vasos o cualquier otro instrumento susceptible de causar maltrato. Además también se están prohibiendo las cámaras de fotos y vídeo.
La respuesta, según los especialistas con los que se ha puesto en contacto Diario LA RIOJA, es clara y tajante. «No se puede tomar como referencia Pamplona porque se mueve un personal para llevar a cabo el encierro que sería inviable en cualquier otro municipio», explica Miguel Ángel Pérez de la empresa Toropasión, de Rincón de Soto.
En muchos casos, los recorridos de encierros de pueblos pequeños son el doble de largos que en San Fermín y también los tiempos de duración de los espectáculos son distintos. Mientras en Pamplona un encierro puede durar algo más de un par de minutos, en los pequeños municipios las reses pueden llegar a estar más de una hora en las calles.
En todo caso, el riesgo cero no existe en los encierros y eso es incuestionable: «Es una actividad arriesgada en la que los que salimos somos conscientes de lo que puede pasarnos y por eso tiene la grandeza que tiene», explica Miguel Ángel Pérez, que, además de ser organizador, es un gran aficionado y corredor habitual de encierros.
Para él, los encierros son seguros en la medida que deben de serlo. «Es imposible controlar todo porque no depende todo ni de la organización ni del corredor; el animal aquí también cuenta, pero se ha trabajado muchísimo en el tema de seguridad en los últimos años con la creación de comisiones que, según van viendo fallos, se van intentando solventar», explica.
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José Luis Torres, de la empresa calagurritana Ruedo Arte, coincide en la perspectiva de que, a pesar de las muertes de este año, «los encierros son seguros y los accidentes, en la mayoría de los casos, son fortuitos». «Se cumplen todas las normativas, y además en La Rioja y Navarra son mucho más estrictas que en otras comunidades autónomas».
Tanto Pérez como Torres coinciden en que la estadística de muertes no es alta teniendo en cuenta que cada año se celebran en España en torno a 20.000 encierros. En La Rioja, son algo más de trescientos. De hecho, es la tercera comunidad que más encierros tiene por cada mil habitantes en toda la geografía española después de Navarra y Valencia donde se superan los 7.000 festejos anuales. «El porcentaje de accidentes es mínimo con el volumen de gente que mueve», insiste José Luis Torres.
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La mala suerte, para ellos, ha sido un factor fundamental en las últimas desgracias. «Un resbalón es imposible de controlar a pesar de que cada vez la gente que sale a los encierros está más preparada con calentamientos específicos durante todo el año», comenta Miguel Ángel Pérez.
Pero la realidad es que en algunos casos se están incumpliendo las normas que marcan los reglamentos. En el caso de Villaseca, en Toledo, un hombre murió mientras estaba grabando con un móvil dentro del recorrido -algo que está prohibido y que la Guardia Civil está teniendo muy en cuenta en los encierros de este verano-, mientras que en Blanca (Murcia) un corredor participaba en el encierro con chanclas y bermudas, que, a pesar de no estar recogida su prohibición expresa en muchos reglamentos, sí que lo hacen otros.
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El reglamento riojano
De hecho, cada comunidad autónoma tiene su propio reglamento para la realización de este tipo de festejos, lo que no ayuda a clarificar el asunto. En el reglamento riojano, casi cada prohibición tiene su excepción. Por ejemplo, la edad de los participantes se limita a los mayores de 16 años, si bien en encierros con machos mayores de 3 años y concursos de quiebros y anillas se exige la mayoría de edad. En todo caso, la normativa autonómica cuenta con una disposición adicional que da competencias a la consejería competente del Gobierno regional «para autorizar excepcionalmente, y con los requisitos que en cada caso se establezcan, la celebración de espectáculos taurinos tradicionales en los que participen menores de 16 años». «En estos casos las reses han de ser hembras y menores de un año de edad», detalla la norma.
Con los vallados sucede algo parecido. Si la ley obliga a que «la totalidad del recorrido esté vallado a ambos lados», también permite que sea la comisión organizadora del evento la que autorice encierros sin vallado siempre que «se garanticen que las puertas del recorrido están en todo momento cerradas». Algo que no se cumple en prácticamente ningún encierro riojano. Los encierros nocturnos también están regulados en el reglamento riojano, aunque no así ningún tipo de toro embolado o ensogado. Ahora bien, se excepcional a los marcados por tradición: Cabretón, Cenicero, Rincón de Soto y la saca de vacas de Cervera. Es decir, los reglamentos son estrictos, pero con muchas excepciones. José Luis Torres insiste en cualquier caso en que «no hay que tener psicosis», mientras que, para Miguel Ángel Pérez, «la solución pasa por educar y que los aficionados desde niños aprendan a conocer las reacciones del animal».
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