La enfermedad de la burbuja

Las muestras de las truchas muertas fueron remitidas en su día al laboratorio de Ictiopatología de la Universidad de Zaragoza y los resultados denotan una «ausencia total de elementos contaminantes». Es más, el informe precisa que los parámetros están cercanos a la potabilidad y, en todo caso, «compatibles con los requerimientos necesarios para la fauna piscícola».

Pero los resultados del laboratorio zaragozano precisan que las «lesiones observadas en branquias podrían ser compatibles con un proceso de anoxia respiratoria», lo que no es otra cosa que una falta de oxígeno.

De momento, la Dirección General de Medio Natural ha iniciado expediente sancionador, tipificando la posible infracción como «grave», según el artículo 83.55 de la Ley de Pesca de La Rioja. Igualmente, tras conocerse el incidente, Medio Natural estableció como medidas provisionales que la central no debía reanudar su actividad normal hasta la resolución de las incidencias mecánicas existentes y su comprobación posterior.

Agua blanca de forma masiva

¿Qué sucedió entonces para que murieran 412 truchas aquella tarde de San Juan en el tramo libre sin muerte de Anguiano-Cuevas? ¿Qué es, en realidad, la enfermedad de la burbuja?

Pescadores asiduos a la zona avisaron a SOS Rioja cuando se encontraron las primeras truchas muertas y observar que salía abundante líquido blanquecino de una de las turbinas de la central eléctrica situada en la cabecera de la balsa.

Agentes forestales acudieron al lugar tomando muestras de agua en distintos puntos, contactando inmediatamente con la empresa propietaria de la central para solicitar la parada inmediata o la reducción de potencia de la instalación hasta una primera evaluación de la emergencia, actuación que realizaron de forma inmediata.

A partir de ahí, y ante la falta de explicaciones lógicas y razonadas, comenzaron a desatarse toda suerte de comentarios en torno a las posibles causas.

Pero la investigación de los hechos puso de manifiesto que una de las turbinas aportaba agua blanca de forma masiva, con un burbujeo extraordinario y un color blanquecino que parecía apuntar a una sobresaturación de gases atmosféricos. Así comenzó a plantearse que la mortandad masiva de peces podía haberse generado por la falta de oxígeno en la columna de burbuja, o bien por el efecto contrario: una sobresaturación de gases en el agua que el pez no puede eliminar.

Una gran desconocida

La enfermedad de la burbuja sigue siendo una gran desconocida entre los aficionados a la pesca en aguas dulces. Sin embargo, ha sido estudiada en distintas zonas de producción de salmónidos del mundo, detallando los factores y posibles causas que provocan la misma y los síntomas.

Los estudios realizados señalan que la sobresaturación de gases puede producirse de forma natural o por la interacción del hombre como parece ser el caso ocurrido en la central eléctrica de Anguiano.

Los factores pueden ser muy variados. Pero como han reconocido laboratorios internacionales de Ictiopatología, algunos de los mecanismos que favorecen la sobresaturación son, entre otros, los sistemas con recirculación de agua, que adicionan oxígeno líquido bajo presión; sistemas de bombeo con fisuras en tubos o fallas en juntas en los que se succiona aire atmosférico...

Y si los factores son muy variados, las medidas que pueden tomarse al respecto son muy diferentes si se trata de ambientes naturales o en los que ha intervenido la acción del hombre. Los remedios y/o tratamientos son reconocidos por los piscicultores.

La balsa de Cuevas, en Anguiano, ha sido uno de los puntos de encuentro de aficionados a la pesca de La Rioja. Pese a la enorme presión ha sido uno de los lugares más visitados y hoy es una zona libre de pesca sin muerte.