Nuno Miguel Fernández da Silva, en las obras de la Universidad de La Rioja. :: Díaz Uriel

Más trabajo e ilusión

Nuno Fernández da Silva lleva 8 meses trabajando después de una estancia en el paro sin posibilidad de formación por falta de plazas

DAVID HERNANDO

Domingo, 26 de julio 2015, 19:32

La crisis económica que empezó en 2008 provocó que muchos trabajadores españoles se quedaran sin empleo. Todos los sectores económicos se vieron muy afectados, pero el de la construcción fue el más perjudicado. Los más de 2,7 millones de trabajadores sectoriales se vieron reducidos ... a medio millón de personas en el conjunto del país. De hecho, la mitad de los empleos destruidos en España fueron de la construcción y han tenido que pasar ocho años para comenzar a verse el suelo.

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En La Rioja, por primera vez desde entonces, empieza a apreciarse un aumento de trabajadores en este sector. Un ejemplo es Nuno Miguel Fernández da Silva, que actualmente trabaja en la obra que la empresa OTC Técnicos en Ingeniería y Arquitectura desarrolla en el edificio de la Universidad de La Rioja (UR) en el Complejo Científico Tecnológico. Fernández da Silva estuvo cuatro meses en el paro y desde hace ocho meses trabaja en este proyecto.

Durante el tiempo que estuvo sin trabajo, aunque se inscribió en varios cursos de formación, no pudo formarse porque el número de personas apuntadas sobrepasaba el cupo de plazas. Concretamente, se apuntó en cursillos para dominar mejor la maquinaria de construcción y también en cursos sobre seguridad, con la idea de poder abrirse más puertas en el futuro: «No me llamaron para ninguno de los cursos a los que me inscribí porque había demasiado interesados y pocas plazas», recueda Fernández da Silva.

Este año, la vida laboral empieza a despejarse poco a poco, aunque todavía es necesario que las empresas mejoren la calidad de las condiciones: «Deben mejorar bastante para que se iguale con las que existían en años anteriores», explica el trabajador.

En este sentido, los sueldos son claramente más bajos. Si entonces los salarios rondaban los 1.500 euros, detalla Fernández da Silva, en la actualidad se han visto reducidos en un 15 o un 20%: «Yo ahora mismo estoy cobrando aproximadamente entre 1.200 y 1.300 euros», comenta el trabajador, «bastante menos que antes».

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