El hombre que salió de entre bambalinas

Bayo avanzó a la primera línea de la Consejería hace ocho meses, con la marcha de Capellán, y se convirtió en el consejero de una transición que se consolida

C. NEVOT

Sábado, 11 de julio 2015, 10:54

logroño. Cuando un frío domingo de noviembre del 2014 Gonzalo Capellán anunciaba su marcha, designado consejero de Educación en Londres, el entonces presidente Pedro Sanz puso de inmediato el ojo en Abel Bayo, un hombre leal, que aún hoy se siente más cómodo entre bambalinas ... que bajo los focos. El veloz relevo le pillo casi por sorpresa al hasta entonces director general de Educación, pero no lo dudó y recogió el testigo de Capellán al frente de una de las carteras más envueltas en una polémica que llegaba desde Madrid, desde el despacho del controvertido y ya cesado José Ignacio Wert y su cuestionada Lomce. Aceptó el reto sabiendo que tenía fecha de caducidad, mayo y las elecciones, y por tanto, su cargo sería de transición. Pero en este tiempo, ocho meses, ha dado muestras sobradas de que lo suyo es trabajar duro.

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DE PERFIL

  • uPersonal. N

  • acido en Villarijo (Soria) en 1957. Casado y con dos hijos.

  • uProfesional.

  • Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Salamanca. Es profesor de Filosofía en Educación Secundaria y funcionario de la Administración. Director del IES La Laboral (1998-2002).

  • uPolítico. Ha

  • sido consejero de Educación y antes director general de Educación, además de director y subdirector general de Universidades y Formación Permanente entre los años 2008 y 2011; y 2004 y 2008, respectivamente. Fue miembro del Consejo Escolar del Estado en representación de la Conferencia General e Política Universitaria y del Consejo Escolar de La Rioja.

Este hombre de voz radiofónica, es un firme defensor de la Filosofía como materia para sentar los cimientos de un ser humano crítico, reflexivo y coherente. De hecho, la única vez que se la ha oído levantar la voz fue a cuenta de la Filosofía. La ley Wert, en sus orígenes, contemplaba reducir el 75% el tiempo dedicado a esta materia en las aulas de Bachillerato. La idea le hizo revolverse en el asiento, lo habló con su superior -Capellán pilotaba la Consejería- y le dio su beneplácito. Escribió un artículo de opinión en este periódico y se mostró muy crítico con la formulación que se hacía de esa materia con la Lomce. En unas líneas, bautizadas 'error manifiesto', expresó su deseo de mantener la filosofía como disciplina en todas las modalidades de Bachillerato y cuando le tocó diseñar el currículo de este nivel educativo no sólo no restó horas, sino que reforzó una materia que impartió en las aulas de La Laboral durante varios años. «Si te preguntas las cosas es porque te gusta la Filosofía», le dijo en una ocasión a esta cronista.

Los próximos meses no serán fáciles. En el horizonte más próximo, unas elecciones generales, y de sus resultados dependerá que la Lomce, la ley que ha traído de cabeza a legisladores, profesores, alumnos... continúe su paulatino proceso de implantación. Un proceso que no se consumará hasta al menos el 2017 y si los comicios no dan un vuelco. El tiempo lo dirá.

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