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María José González
Lunes, 13 de julio 2015, 21:15
La ligera reactivación del mercado del trabajo no implica más dinero para la Seguridad Social en La Rioja. En los cuatro primeros meses del año, los 116.981 trabajadores afiliados al sistema (3.594 más que en el mismo periodo del 2014) ingresaron 100,91 ... millones de euros en concepto de cuotas, lo que supone 1,11 millones menos en comparación con el año pasado. Los recortes salariales (tiran a la baja la cuantía de las cotizaciones) y la precariedad de los nuevos empleos (por horas, a tiempo parcial, etcétera) explican este desfase.
La cuestión es que con estas cotizaciones no se llega ni de lejos a sufragar las nóminas de pensionistas o preceptores de prestaciones contributivas del desempleo, subsidios y rentas activas de inserción. Entre enero y abril, el gasto de estas partidas ascendió a 257,1 millones de euros en La Rioja , una cuantía que es dos veces y media superior a lo ingresado por las cuotas sociales.
Así se desprende de los datos de los tres últimos años facilitados por el Ministerio de Empleo a Diario LA RIOJA. Si se afina el análisis y se descuentan las obligaciones relativas al desempleo, el gasto que generan los pensionistas en la región es 2,10 veces superior al dinero que abonan los cotizantes (2,0 en la media nacional). El impacto de la crisis económica y el envejecimiento de la población son las dos razones que explican cómo La Rioja, una región que antes de la crisis recaudaba más que lo que gastaba en pensiones, se encuentre en este desequilibrio.
En la comparativa autonómica, ninguna comunidad podría pagar a sus pensionistas sólo con las cuotas que aportan trabajadores y empresas. La Rioja es la octava comunidad con mayor déficit del sistema de pensiones tras Asturias (3,58), Cantabria (2,69), Castilla y León (2,62), Galicia (2,54), País Vasco (2,28), Aragón (2,23) y Extremadura (2,15). Por su parte, Madrid es la comunidad con menor déficit (1,49).
En términos porcentuales, La Rioja sólo podría pagar con su actual recaudación de cotizaciones el 47,5% de las pensiones. El caso más dramático sería el de Asturias, donde las cuotas sociales exclusivamente llegarían a cubrir el 30% de las prestaciones. En el polo opuesto se encuentra Madrid, comunidad que por sí sola estaría en condiciones de satisfacer el 66,8% de los pagos. Pero el sistema español se basa en un sistema de solidaridad interterritorial donde el dinero va a parar y se distribuye desde una caja única que asegura prestaciones iguales en todo el país. Un modelo de funcionamiento que ha cobrado todavía más sentido a lo largo de la crisis.
Sin embargo, los déficits en los que se ha incurrido en los últimos años han obligado al Gobierno a tirar del fondo de reserva, una especie de 'hucha' de emergencia para las pensiones. Eso explica el debate que existe sobre su sostenibilidad. Hace escasas fechas, el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, volvió a plantear la necesidad de que los ciudadanos complementasen su futuras pensiones públicas con productos privados de ahorro.
Por su parte, el Gobierno porfía el sostén del sistema a dos elementos: una mejora progresiva de la situación económica que se traduzca en más empleo y de mayor calidad (por tanto cotizaciones más altas a ingresar en las arcas públicas) y las sucesivas reformas de las pensiones. Entre ellas, el aumento progresivo de la edad de jubilación hasta los 67 años o el cambio de revalorización de las prestaciones con una subida máxima del 0,25%, al menos hasta el 2017.
Más gastos que ingresos
Al margen de la situación de la cotizaciones versus pensiones, los datos facilitados por la Seguridad Social constatan el incremento progresivo de los gastos a lo largo de los últimos años, frente a la merma que han ido registrando los ingresos. Si en los cuatro primeros meses del 2013, el sistema anotaba unas entradas de 105,1 millones de euros, en el primer cuatrimestre de este año la cifra bajó a 102,6 millones. Y los gastos, en tanto, tuvieron una evolución inversa: de los 226,5 millones de euros computados entre enero y abril de hace tres años se pasó a casi 239,7 millones en los cuatro primeros meses del ejercicio en curso.
En términos relativos, los pagos realizados por la Seguridad Social en La Rioja se incrementaron el 2% durante el primer cuatrimestre del 2015 respecto al mismo periodo del año pasado. Un repunte inferior al registrado entre el 2013 y el 2014, que fue del 3,8%. Por su parte, los ingresos cayeron ligeramente más entre el 2014 y el 2015 (-1,3%), que entre el 2013 y el 2014 (-1,14%).
Sin embargo, si se analizan pensiones y prestaciones por desempleo se observa un descenso del gasto en ambas partidas del 0,7% y del 35,2%, respectivamente. La caída en las nóminas del paro responden a una bajada de la cobertura, consecuencia tanto de la reducción que ha experimentado como de la progresiva extinción de las prestaciones a medida que los parados de larga duración (más de dos años en el dique seco) han ido agotándolas.
En abril pasado, y según los datos de la Seguridad Social, 12.157 desempleados en La Rioja recibieron una prestación económica media de 867,1 euros para paliar la falta de ingresos por no tener trabajo. En el caso de las pensiones, 66.907 pensionistas percibieron una nómina media mensual de 854,7 euros.
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