Aumentan las donaciones de sangre en La Rioja

Nieto y el coordinador del Sistema Autonómico de Hemovigilancia, Fernando Martínez Soba, han presentado, en una rueda informativa, datos sobre la donación de sangre en La Rioja, con motivo de la celebración ayer del Día Mundial del Donante.

Sus datos indican que, entre enero y mayo últimos, se han contabilizado una media de 886 donaciones al mes, lo que supone un incremento de casi un punto en relación al mismo periodo de 2014, por lo que "se corrige esa tendencia descendente", según nieto. Este incremento se justifica por la incorporación y fidelización de donantes jóvenes, dado que, en La Rioja, los donantes que tienen menos de 40 años, que representan el 47,7% del total, soportan el 40% de las donaciones.

En La Rioja hay 15.648 donantes de sangre, lo que supone un 4,9% de la población general y un 7,8% de los ciudadanos entre 18 y 65 años, que son los que pueden donar. El 75% de los donantes riojanos tiene menos de 50 años, frente a la media nacional del 67%; y el 25% tiene entre 50 y 65 años, mientras que en España es de un 33%.

Acciones para dinamizar la donación

Para Martínez Soba, la situación de crisis y el actual estilo de vida de estar más preocupado por uno mismo que por los demás son algunas de las causas que han influido en el descenso de la donación de sangre durante los dos últimos años en La Rioja y en el resto de España, aunque la comunidad riojana está invirtiendo esa tendencia.

El consejero ha explicado que su departamento trabaja para incrementar las cifras de donación y para optimizar el uso de sangre y sus componentes con un compromiso asistencial y de buena práctica médica. Nieto ha relatado que en los cinco primeros meses de 2015 se han realizado diferentes acciones para dinamizar y facilitar la donación y, de una manera directa e intensa con los donantes, para que estos conozcan su Banco de Sangre y aumenten su nivel de información y conocimiento.

Ha agradecido y felicitado a todos los donantes de sangre de La Rioja, "sin cuya generosidad sería imposible disponer de la sangre necesaria para que el sistema sanitario riojano pueda funcionar con normalidad".

Ha incidido en la necesidad de "hacer un esfuerzo para que esta labor altruista se extienda dentro de la sociedad" y ha señalado que todas las medidas que su Consejería pone en marcha están orientadas a garantizar las necesidades transfusionales de los riojanos.

Ha recordado que, para ser donante, hay que tener entre 18 y 65 años y pesar más de 50 kilos; las mujeres pueden donar tres veces al año y los hombres, cuatro; y ambos con un intervalo de dos meses.

La Rioja, autosuficiente

Nieto ha reiterado que La Rioja es autosuficiente en sangre, aunque se trata de un producto perecedero, por lo que, para garantizar la cobertura de necesidades, es preciso mantener constante el número de donaciones que se realizan al año. "Existe autosuficiencia porque las necesidades de componentes sanguíneos dentro del sistema sanitario han disminuido en relación con años anteriores, especialmente referidas a concentrados de hematíes, plaquetas y plasma", ha indicado.

La mejora de las técnicas de fraccionamiento y de conservación alargan la vida útil de esos componentes y los resultados avalan "el buen hacer del Banco de Sangre de La Rioja".

También ha dicho que se ha constado una reducción de las necesidades transfusionales de un 3% entre enero y mayo de 2015, en el que se transfundieron 3.992 concentrados de hematíes, frente a los 4.122 del mismo periodo de 2014. La optimización de las indicaciones transfusionales y un uso conservador y responsable de la sangre por parte de los profesionales sanitarios ha permitido reducir estas necesidades transfusionales, ha detallado.

Se ha referido a que su Consejería, a través de los Comités Transfusionales Hospitalarios de La Rioja, se plantea optimizar y reducir el uso de sangre y sus componentes mediante la elaboración e implementación de guías transfusionales. Estas guías, que serán aprobadas en las próximas semanas, han sido elaboradas y consensuadas por grupos de trabajo interdisciplinarios, su implementación facilitará la toma de decisiones al facultativo y supondrá una reducción de las necesidades transfusionales.