Teri Sáenz
Jueves, 26 de marzo 2015, 18:49
Residente en Túnez desde el año 2010, Sergio Altuna (Logroño, 1985) destaca desde su puesto de investigador en el Instituto de Seguridad Global como uno de los analistas de referencia de los movimientos yihadistas e islamismo político en el Magreb, con atención especial ... a la retórica del discurso fundamentalista. El reciente asesinato en el corazón turístico de la capital tunecina de 23 personas (entre ellas, 20 extranjeros) reactiva la necesidad de una acción global en la que, en opinión de Altuna, se ha avanzado de forma notable «aunque aún restan aspectos mejorables».
Publicidad
¿Hay algún mensaje interno por parte del yihadismo en el atentado perpetrado en Túnez?
No se trata de un objetivo escogido al azar, ni en lo que respecta al país con una frágil democracia que además sustenta parte de su economía en el turismo ni en lo relativo a la finalidad del ataque. El mensaje sigue las mismas líneas observadas en otros escenarios alejados del Levante: una vigorosa irrupción en escena con la que el grupo terrorista pretende, por un lado, sembrar la discordia mediante la polarización de la sociedad y, por otro, proyectar una imagen de fuerza que, si bien no se ajusta a la realidad, atemorice a sus enemigos y le permita captar más adeptos de cara al futuro.
El escenario, como destacaron muchos medios de comunicación, se ubica a escasas horas en avión de las capitales europeas.
Con este atentado contra ciudadanos occidentales se busca aislar al Estado tunecino. Ahora bien, no se debe caer en la trampa urdida por el aparato comunicativo de Daesh. Túnez no es Siria ni tampoco Irak; cuenta con instituciones y mecanismos suficientes para sobreponerse a lo sucedido, además de con una sociedad civil moderna, madura y cultivada. Europa debe apoyar por todos los medios a su alcance el proceso de transición democrática en Túnez. De que se convierta en el primer país democrático y estable en la región y acabe erigiéndose en el faro que guíe al resto dependerá en gran medida tanto el devenir político y social como la seguridad en los demás del países del Mediterráneo.
¿Se puede establecer una escala del terror yihadista en función de la identidad de las víctimas y la distancia de los atentados?
Desafortunadamente hemos desarrollado cierta tolerancia al terror dependiendo de los lugares en los que se produzca y el origen de las víctimas. Es obvio que los lazos históricos entre los pueblos del Mediterráneo también hacen que lo ocurrido en Túnez nos toque de manera más particular. Sin embargo, no es menos importante señalar que la situación por la que transita Yemen, ahora mismo un estado fallido en el que al-Qaeda ocupa una parte no desdeñable de su geografía y Daesh acaba de irrumpir con fuerza, es enormemente peligrosa dada la posibilidad real de que el país acabe fraccionándose en dos.
¿Es Europa realmente consciente del riesgo?
Europa es más consciente ahora que nunca y está preparada para enfrentarse a la amenaza que supone el yihadismo global. La colaboración internacional en materia antiterrorista ha sido un punto sobre el que las diferentes agencias han trabajado mucho en la última década, se ha comprendido la necesidad de proteger las fronteras comunes y para ello se han diseñado estrategias globales. No sólo se comparten datos de inteligencia, sino que también se ha avanzado en la creación de un marco jurídico común. Aun así, dado que se trata de un fenómeno enormemente complejo y en continua evolución, aún quedan aspectos que pueden mejorarse.
Publicidad
¿Qué relevancia tienen la iconografía y los vídeos que difunde el yihadismo en su estrategia?
Su importancia es capital. Todo lo que produce la maquinaria mediática del Estado Islámico es exactamente lo que quieren que veamos y persiguen objetivos claros: atemorizar, captar adeptos, mostrar las bondades de la organización. Y lo que es más interesante, dominan a la perfección los canales de distribución para hacer llegar el material al público meta al que se dirigen. Frente a una amenaza tan compleja, es perentorio también el diseño de una estrategia común de difusión de contenidos en nuestros medios de comunicación para evitar facilitarles su tarea propagandística.
¿Cómo debe afrontarse una amenaza tan alambicada y global?
A corto plazo, en el contexto tunecino aplicable al resto del Magreb se impone una reorientación de los diferentes aparatos y mecanismos de seguridad del país. Tras años de dictadura, las diferentes instituciones han interiorizado comportamientos que, si bien en ocasiones son eficaces, fomentan la radicalización de una parte de la sociedad. Por otro lado, la cooperación se antoja ineludible porque mirar para otro lado o abandonar ahora a nuestros vecinos de la ribera sur del Mediterráneo sería un error histórico y de consecuencias desastrosas. A medio y largo plazo, la clave está en fomentar la cultura, el pensamiento crítico y una sociedad civil activa como eje principal frente al radicalismo.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.