Panel informativo en Palencia junto al río Carrión.

Un Ebro bravo llena una piscina de Las Norias cada segundo

Una caudal generoso de 2.250 metros cúbicos por segundo equivale al consumo de un logroñés en 43 años

Miguel Martínez Nafarrate

Miércoles, 25 de marzo 2015, 12:24

Largo por ancho y por hondo. Se multiplica todo y así se sacan las medidas cúbicas, las que afloran cada día que el Ebro sube o baja. Las cifras que aporta la Confederación Hidrográfica del río a su paso por Logroño son de... por ejemplo ... 2.500 metros cúbicos por segundo, que es una salvajada y equivale a un montón de paseos por el entorno del parque, pero, en realidad ¿cómo se puede 'cubicar' esa cifra en la mente para hacernos una idea más cómoda?

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Pues resulta curioso que cada segundo se pueda llenar una piscina olímpica como la de Las Norias, que dicho así, es una barbaridad. Una pileta de 50x25 y x 1,80 de profundo que impone sólo cuando uno está de pie en el bordillo. Sorprende contemplar que tanto exceso no se pueda reconducir, guardar o dosificar para otras cosas y que vaya a morir al mar empujando miles de toneladas de terreno erosionado.

Un ciudadano medio consume 142 litros de agua por día. En ese mismo segundo al que se hace referencia un vecino de Logroño tendría agua para abastecerse 43 años y en lo que dura un simple pestañeo (50 milisegundos) haría acopio de agua para dos años. Puestos en gastos superiores, si un campo de golf viene a consumir diariamente 8,4 metros cúbicos por hectárea, en ese mismo segundo, uno como el de La Grajera, de 83 hectáreas, vería aliviado su consumo tres días y le quedaría para un rato del cuarto.

A estas alturas de la historia la sociedad en general va metiendo en el adn la idea del consumo responsable y también ha oído hablar sobre el valor del agua dulce, su peso económico y lo que puede representar geoestratégicamente en el futuro a la velocidad que estamos despellejando el planeta. Dejar el coche arrancado, la luz encendida o el grifo abierto son actos en vías de extinción para no precipitar nuestra agonía. Con este último ejemplo hay unas cuentas echadas. Si abre la canilla ininterrumpidamente durante 104 días alcanzaría a llenar Las Norias, lo que al Ebro le cuesta un segundo.

Logroño consumió el año pasado 16,43 hectómetros cúbicos (16.440.000 metros cúbicos) de agua entre la de los hogares y otros usos. Y con el cronómetro en marcha, en un segundo, el Ebro proporcionaría agua para todos los usos de la ciudad, (riegos e industria) para dos horas. La sobreabundancia también acarrea males en forma de daños en la agricultura y excesiva erosión en las riberas y resulta abrumador que en otros escenarios, al mismo tiempo, tenga que pasar la cisterna para el reparto del agua potable.

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Un indicador no estaría mal

Un simple indicador con los datos en tiempo real en los paseos del Ebro sería una idea sugerente para dar respuesta a los aficionados a los paseos ribereños. Una ciudad como Palencia dispone de ellos en las márgenes del Carrión y en sus pantallas se ilustran datos que pueden ilustrar la curiosidad de los paseantes. En la zona de la Casa de las Ciencias, por ejemplo, no quedaría nada mal. La Confederación podría estirarse un poco.

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