Sergio, Estíbaliz y Ezcaray

El primer viaje de Sergio a Ezcaray fue «en la barriga de nuestra madre», recuerda Pachi Blanco, hermano del famoso cantante bilbaíno que formó pareja sentimental y artística con Estíbaliz Uranga y fue integrante, aparte de algún otro, de grupos como 'Mocedades' y 'El Consorcio'.

Al hermano mayor de ambos le habían visto una mancha en el pulmón y le recomendaron el clima de la sierra de Ezcaray. Así, nonato aún, recaló en el año 1947 el cantante en la hoy 'Primera villa turística de La Rioja', en lo que fue el inicio, para toda la familia Blanco, de una más que estrecha -casi íntima- relación con la localidad riojalteña, en la que pasaron largas temporadas durante muchos años -no pocos de ellos desde junio a octubre- y a los que, como veraneantes, se les conocía como 'los berrañas', como esas algas del río que suelen proliferar en el estío. «Lo demás era pasar el tiempo, pero vivir, vivir, hemos vivido en Ezcaray», resume.

«¿Qué le gustaba a Sergio de Ezcaray? Lo que habría que buscar es qué no le gustaba...», explica Pachi, una de cuyas hijas se llama Bárbara, igual que otra del cantante fue bautizada Allende. Esta última toma el nombre de la patrona de la villa; la anterior, de la santa a la que se advoca la cofradía y la ermita local que corona un puntiagudo cerro.

Ejemplos de una localidad que impregnó sus vidas. «Yo nací en Canarias, pero me considero ezcarayense y Sergio también», cuenta.

De su hermano recuerda, además, que «nunca tuvo novia» en la villa, que fue el «alumno más fiel de Pedro Masip», el tío del actual cocinero, con cuyo padre, Eduardo, también compartió muchas horas en el asador de pollos que tenía en Zorraquín. «Dormíamos en las cuadras, íbamos a cuidar las vacas a caballo, hemos robado manzanas como todos... Era un ambiente salvajemente civilizado, de lo más entrañable», dice Pachi, que, personalmente, no oculta su «amor especial» por Vicenta, la madre de Pedro.

La última vez que Sergio estuvo en Ezcaray fue el 16 de noviembre, un día antes de cumplir 67 años. «Él quería ir a Ezcaray para celebrar su cumpleaños. No le dijimos nada y le dimos una sorpresa. Nos presentamos más de treinta familiares en el restaurante Masip y fue muy emocionante».

Sergio Blanco falleció tres meses después -pasado el día 15 de febrero- en Madrid. Su desaparición no apaga su voz y sus canciones, que forma parte de los recuerdos de millones de personas.