«No hay duda de que el Bhelma III seguirá en La Rioja y con la flota de helicópteros renovada»

Además de en lo profesional, imagino que ser delegado de Defensa en La Rioja es un orgullo personal.

Para mí esto es un premio, sin duda porque estoy en mi casa, en mi tierra, con mi gente. Es una satisfacción muy grande poder representar al Ministerio de Defensa en tu casa y ante tu sociedad. En Cádiz haría la misma labor, pero aquí tiene un plus personal y sentimental, sin duda.

¿Se ha marcado algún reto en su nuevo destino como delegado de Defensa en La Rioja?

Sí, aparte de la gestión ordinaria, para mí es prioritaria la difusión de la cultura de defensa entre la sociedad riojana, la cultura basada en la defensa nacional, una ley orgánica que nos afecta a todos porque la defensa no es cosa de los militares, sino del conjunto de la sociedad. El otro reto importante es el de renovar los niveles de calidad de esta delegación.

¿Qué otras funciones tiene el delegado de Defensa?

Pues además de la difusión de la defensa, la delegación mantiene la representación institucional del Ministerio de Defensa y es el cauce ordinario de relación con las autoridades y con las unidades de las Fuerzas Armadas ubicadas en la provincia. También tenemos la labor de reclutamiento para que todos aquellos jóvenes que quieran labrarse un futuro laboral en las Fuerzas Armadas tengan aquí su centro de referencia, lo mismo que para todos aquellos que quieran ser reservistas voluntarios.

Hablaba del centro de reclutamiento, ¿ha actuado la crisis económica como un antídoto contra los problemas de alistamiento que se detectaban unos años atrás?

Como bien sabe, por desgracia el mercado laboral está muy complejo y mucha gente busca labrarse un futuro donde sea, también en las Fuerzas Armadas. La crisis ha provocado que ahora tengamos veinte candidatos por cada plaza que se convoca.

¿Qué porcentaje de candidatos a ingresar son mujeres? ¿Está ya asumida plenamente la presencia femenina en el Ejército español?

Empezando por la segunda parte, un rotundo sí. Como en muchas otras cosas, en esto también hemos sido ejemplo y la mujer se ha integrado sin problemas, no hay discriminación económica, porque cobran exactamente lo mismo; y tampoco laboral, porque hacen exactamente lo mismo y, además, muy bien. Mi experiencia personal me dice que las mujeres saben hacer muy bien su trabajo, mejor que nosotros en muchas ocasiones porque son más constantes y comprometidas con la labor. En cuanto a porcentajes, no sé cómo andará ahora, pero hemos llegado a estar en un 15% de mujeres e insisto, sin ninguna dificultad en su inclusión.

En los últimos años se ha ido reduciendo la presencia militar en la región, ¿de qué fuerzas se disponen?

Ahora como fuerza solo está el Ejército de Tierra, que tiene el Batallón de Helicópteros de Maniobra (Bhelma III), un batallón puntero donde los haya y que han estado en medio mundo. Con algo menos de 200 personas, es una unidad pequeña, pero muy especializada, con pilotos, mecánicos, tiradores y todo el personal de apoyo. El batallón afronta ahora mismo un reto importantísimo, ya que va a modernizar su flota y pasará de tener los HU-18 a los NH-90, un gran diseño europeo. Los aparatos empezarán a llegar el próximo año a la base de Agoncillo. Aquí en la delegación contamos con una plantilla de 16 personas, la mitad civiles y el resto militares. En toda la región hablaríamos de entre 300 y 350 militares en total.

Ejemplo de adaptación

Como decía, la 'joya' es el Bhelma III, ¿hay garantías de que va a seguir en La Rioja?

No hay ninguna duda, las inversiones en infraestructuras están en marcha, despacito porque la situación económica actual es la que es, pero van adelante y los helicópteros están comprados y el primero llegará el año próximo. Los planes son renovar entre 18 y 20 aparatos.

Con el Bhelma III centrado en las misiones en el exterior, ¿cuál es el papel del resto de militares presentes en La Rioja?

Realmente esa es la unidad esencial, luego tenemos una unidad de servicios en el acuartelamiento de Agoncillo, que es la encargada de que la base funcione, luego está la Delegación de Defensa, el centro socio-deportivo y cultural de La Hípica y la Residencia Militar, pero todos ellos giran alrededor del Batallón de Helicópteros de Maniobra.

Desde algunos sectores de la sociedad se considera que el Ejército es una institución demasiado rancia y que ha quedado obsoleta en el siglo XXI. ¿Qué les diría?

Yo nací en el siglo XX, soy ya una persona mayor relativamente, pero no siento que seamos más rancios o menos rancios que nadie. El Ejército español ha sido ejemplo de renovación, de adaptación a las nuevas situaciones y ejemplo de profesionalidad. No estamos anclados a la historia, ni mucho menos.

¿Cómo ha cambiado el Ejército español tras su profesionalización?

Bueno, es un ejército totalmente distinto, ya que pasamos de un ejército en el que la base era la formación continua del personal pero en un periodo corto que, además, se fue reduciendo cada vez más, a un ejército formado por profesionales, personas perfectamente preparadas y que conocen su trabajo, con lo que la operatividad de las unidades ha mejorado sensiblemente y pueden salir a donde sea en cuanto el Gobierno de España así lo decida.

¿Echa de menos la 'mili', el servicio militar obligatorio?

Yo personalmente no, porque el Ejército profesional funciona perfectamente. No necesitamos otra cosa.