El descenso del miedo al sida 'resucita' en La Rioja las viejas enfermedades venéreas

Pero esa coraza ha comenzado a caer. Cada 1 de diciembre, como hoy, se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, y las cifras anuales no dejan de impulsar la esperanza de una futura erradicación de la enfermedad. En La Rioja, frente a los 26 nuevos casos de VIH del 2013, la contabilidad del actual ejercicio recoge 'sólo' 12 al cierre de la semana 47 (la del 17 al 23 de noviembre).

Pero además de la menor incidencia, la clave hay que buscarla en que el VIH ha dejado de ser sinónimo de muerte. Desvestida la enfermedad de la alarma social de antaño, esa ausencia se ha traducido en una relajación de las precauciones profilácticas. Y por esa grieta han vuelto a filtrarse las tradicionales enfermedades venéreas que, tras un inicial tímido retorno a la escena estadística sanitaria, han comenzado a repuntar con fuerza en todo el país, también La Rioja, donde sólo en el último lustro se han triplicado hasta superar el medio centenar de casos anuales.

«Ahora se habla de un resurgimiento de las enfermedades de transmisión sexual y es verdad que hay un repunte y en los últimos años prácticamente se han triplicado. Si nos fijamos en las estadísticas entre el 2001 y el 2013 es cierto que las cifras son totalmente distintas y en los últimos años se han detentado más casos de sífilis y gonococias a la vez que han disminuido el número de infectados por VIH», admite el director general de Salud Pública del Ejecutivo regional, José Miguel Acitores.

Con un único caso de gonococia y 3 de sífilis en La Rioja en el año 2001, el repunte empezó a ser evidente desde el 2007 (19 infecciones gonocócicas y 5 de sífilis) e indiscutible a partir del 2011 (24 gonococias y 12 sífilis) y el 2012 (29 y 16). La tendencia al alza se repitió el pasado año, con 43 casos de infección gonocócica en la región y otros 17 de sífilis, según las datos oficiales aportados a Diario LA RIOJA por la Consejería de Salud y Servicios Sociales.

Mayores de 30 años

En lo que llevamos del 2014, hasta la semana 47 (del 17 al 23 de noviembre) el número de casos de gonococia detectados es de 12: 11 varones y una mujer, de edades comprendidas entre los 20 y los 64 años, aunque siete de ellos están en la franja de los 30 a los 44. En el caso de la sífilis, se contabilizan 7 casos, todos varones, y cuatro de ellos de entre 30 y 34 años.

El director general de Salud Pública confirma que el motivo principal, aunque no el único, radica en la pérdida del miedo al sida. «Está muy claro que el tema del VIH fue un aliado muy importante para las enfermedades de transmisión sexual, porque el miedo que se tenía hizo que las personas adoptaran medidas de protección en las relaciones sexuales, lo que a la larga provocó el descenso de ese tipo de infecciones. Sin embargo, a partir de 1996, cuando aparecen los cócteles antirretrovirales que de alguna manera han convertido al VIH en una enfermedad más crónica a la que se le ha perdido el miedo, lo que a su vez provoca más relajación en las medidas de prevención», explica.

El apoyo del SIM

Desde la Dirección de Salud Pública no se descartan otras explicaciones. «Hay una segunda tesis, aunque nosotros no la hemos documentado, que alerta sobre los mayores riesgos que asumen hoy en día los jóvenes por el uso de ciertas drogas y su mezcla con alcohol, lo que desinhibe también en las relaciones sexuales y se relaja la toma de precauciones». No obstante, Acitores advierte de que en estos casos «hablaríamos más de las otras infecciones de transmisión sexual, las clamidias -cinco casos detectados por el SIM este año, una mujer y cuatro hombres, frente a un caso en el 2010 y dos en el 2011-, herpes y tricomonas, de las que no tenemos información porque no son enfermedades de declaración obligatoria».

Y el responsable de Salud Pública aporta una tercera clave para entender una parte del repunte: «No podemos olvidar la mejor notificación de los casos, ya que hemos mejorado gracias a las nuevas tecnologías. Antes era la buena voluntad del profesional médico de notificar un caso y ahora a esa buena voluntad se ha sumado el SIM (Sistema de Información Microbiológica), lo que supone que cada vez que se aísla en un laboratorio un bicho, un gonococo o un treponema, nosotros recibimos una alerta», concluye.