La comunidad musulmana reclama clases de religión islámica en los colegios riojanos

Por un lado, la creciente demanda en la región por parte de un colectivo que ronda las 12.000 personas (ya nacionalizados o de diferentes procedencias) entre los que el curso pasado, y según el estudio demográfico publicado por la misma entidad y el Observatorio Andalusí a nivel estatal, había contabilizados en la comunidad autónoma un total de 3.182 estudiantes en Infantil, Primaria y Secundaria que supondrían en torno al 6% del total.

El segundo argumento es de carácter legal y alude tanto al desarrollo de la Ley 7/1980 de Libertad Religiosa como al acuerdo 26/1992 del Estado con la Comisión Islámica de España -también hay suscritos textos similares en relación a judíos y evangélicos- que en su artículo 10 garantiza la prestación de este derecho «tanto en los colegios públicos y privados concertados, siempre que, en cuanto a estos últimos, su ejercicio no entre en contradicción con el carácter propio del centro». El hecho de que en otros territorios como en Andalucía, Madrid y País Vasco se contemple esta oferta es en opinión de Azouau otra prueba de peso que avala su petición en aras de un principio de igualad.

Mientras se concreta esta posibilidad, la UCID va recabando peticiones individuales de los padres que se han dirigido a la asociación en este sentido, con especial intensidad en municipios como Pradejón o Casalarreina donde hay una amplia presencia inmigrante.

No es la primera vez que la comunidad islámica traslada una petición similar. El primer intento de contacto con el mismo Pedro Sanz data del 2009. La falta de respuesta y la limitación de recursos para habilitar clases de este tipo argüidos por los técnicos de Educación en varias reuniones llevaron a recurrir a la Defensora del Pueblo de La Rioja quien, entre otros aspectos, planteó la imposibilidad de la entidad de actuar como interlocutor ante la administración. Integrados ya en el seno de la Comisión Islámica de España y superada esa traba burocrática, Azouau entiende junto al secretario de la UCID, Jesús del Pozo, que el camino queda libre para materializar la opción de ofrecer clases de islam.

«Si hay recursos para enseñar unas confesiones en las aulas también debería haber para otras», afirma para rebatir que el dinero sea escaso y apuntar que uno o dos profesores serían suficientes para cubrir la demanda de forma itinerante en los centros que se acuerde. «Muchos padres laicos tampoco entienden que sólo se dé religión católica en sus colegios», reflexiona.