P. H.
Viernes, 14 de noviembre 2014, 23:48
Francisco Lozano es uno de los cerca de 40 voluntarios habituales con los que cuenta el Banco de Alimentos de La Rioja. Lleva casi cinco años echando una mano en los pabellones de Varea y asegura haber encontrado aquí a «una gran familia».
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¿Por ... qué se animó a colaborar con la entidad?
Vi un anuncio en televisión de un un hombre que con más de 90 años trabajaba en el Banco y me dije que yo a mis 60 por qué no iba a hacer lo mismo. Haces un bien a los demás y encima te distraes.
¿En qué consiste su tarea?
Me encargo de los pedidos. Miro lo que hay que poner, la parroquia a la que, por ejemplo, va dirigido y las personas que son. Esto se hace una vez al mes y se mete un kilo de cada cosa por familia.
Usted, que sirve los pedidos, percibe en primera persona la necesidad que existe.
Sí, antes de la crisis se daba mucho menos. Por ejemplo, la parroquia que antes atendía a 10 o 15 familias, ahora tiene a 30 o 40. La parroquia de Arnedo antes ayudaba a 70 familias y ahora a 135. En Alfaro llegan a las 140 y la de San Vicente de Paúl, en Calahorra, entrega alimentos a 150. La gente cada vez está más necesitada. Nosotros cada día damos más, pero también recogemos más género.
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