
LA RIOJA
Sábado, 8 de noviembre 2014, 22:46
En México, Perú, Guatemala... es costumbre, en el día Todos los Santos, llevar comida a los muertos, compartir con ellos un rato en los cementerios y honrar su memoria de esta forma. Es una muestra de cariño, convertida en tradición, que en La Rioja también se celebra, aunque sin viandas. De hecho, ayer, como cada año, cientos de riojanos llenaron los camposantos para depositar flores en las tumbas de sus seres queridos ya fallecidos. Recordar al padre, a la madre, a la abuela... y traer de nuevo a la memoria los momentos más alegres vividos con ellos.
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Los nichos se llenaron de flores, especialmente de claveles, que siguen siendo los reyes de la jornada. Aunque los ramos frescos han dado paso y cada año más a los artificiales que perdurarán los siguientes doce meses.
También son muchos los riojanos que aprovecharon la jornada de ayer para limpiar los panteones y para sacar brillo a las tumbas donde reposan aquellos con quienes compartieron algunos de los mejores momentos de sus vidas.
El de ayer no fue el único, aunque sí el más concurrido. A lo largo de la semana por el cementerio han ido desfilando cientos de personas que anticipaban la visita a sus familiares para evitar, precisamente, que ayer no se pudiera dar ni un paso.
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