La residencia San Agustín asegura que actuó «inmediatamente» al conocer los abusos

Los responsables de la residencia San Agustín de Logroño, después de las informaciones publicadas sobre los presuntos tratos vejatorios que cometieron cuatro antiguos trabajadores de la entidad en el 2010, han mostrado a través de un comunicado «su más enérgica repulsa a los actos que están siendo juzgados en el Juzgado de lo Penal» y su total «apoyo a las familias» de los afectados.

En esa nota aseguran que en cuanto tuvieron conocimiento de lo que había sucedido, «a través de Servicios Sociales colaboramos en todo lo necesario para el rápido esclarecimiento de los sucedido». Además apuntan que actuaron con rapidez. «De inmediato -aseguran- se tomaron las medidas oportunas, despedir a la única trabajadora [fija] del centro [la enfermera ya que el resto eran eventuales] y la colocación de cámaras de videovigilancia en la planta de dependientes severos y grandes dependientes con la debida autorización de todos los familiares y de Servicios Sociales».

Los trabajadores también defienden en el comunicado su profesionalidad y señalan que «las personas acusadas no representan para nada al resto de la plantilla, sintiéndonos ofendidos, perjudicados y dañados. Todos los trabajadores del centro tenemos la titulación adecuada al puesto de trabajo que desempeñamos y trabajamos con total profesionalidad».

De igual manera, dos de las familias afectadas se han puesto en contacto con Diario LA RIOJA para, también por escrito, explicar que cuando sucedieron los hechos la Consejería de Servicios Sociales les ofreció la posibilidad de traslado a cualquier otro centro de La Rioja.

«Entendimos que se trataba de un hecho puntual causado por unas personas concretas y que el centro había tomado las medidas adecuadas para evitar que se pudiera volver a producir un hecho semejante», apuntan. Además destacan que «el trato tan correcto y cariñoso» que desde la residencia han tenido con sus padres «por parte del resto de los trabajadores» hizo que declinaran el ofrecimiento de Servicios Sociales y sus familiares permanecieron en la residencia San Agustín.