
L.J.R.
Miércoles, 29 de octubre 2014, 23:44
Un año de prisión y un año de multa a razón de cinco euros diarios, es decir, 1.800 euros. Esa es la pena que ayer, en la Audiencia Provincial de La Rioja, aceptó K.P.H.A., la vecina de Calahorra que decidió vengarse de su expareja interponiendo contra él una falsa denuncia por violación.
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La condena final, en comparación con lo que inicialmente solicitaba el Ministerio Fiscal, quedó reducida a su mínima expresión. Pero hay una justificación. Y el propio fiscal quiso dejar claros los motivos que le han llevado a proponer una condena de un año de prisión frente a los siete que en un principio solicitaba para la acusada.
Detrás de ese cambió, apuntó, está el principio de ... o lo que es lo mismo, que no se puede condenar a una persona dos veces por los mismos hechos. Así, el representante del Ministerio Público recordó que inicialmente se le imputaba a la ya condenada un delito de denuncia falsa y otro de detención ilegal (derivado de que como consecuencia de la falsa denuncia la víctima pasó 12 días ingresado en el centro penitenciario de Logroño). El fiscal explicó que era preciso corregir esa interpretación inicial ya que dentro del delito de denuncia falsa quedaría incluida esa privación de libertad. Además apuntó que el propio delito de denuncia falsa se puede graduar en función de las consecuencias que haya provocado y recalcó que la víctima, en todo momento, ha renunciado a las acciones penales y a las indemnizaciones que le pudieran corresponder.
Así, durante la vista, K.P.H.A. aceptó los hechos que le imputaba el Ministerio Fiscal en su escrito de acusación reconociendo su responsabilidad y aceptando tanto el año de prisión como la multa.
Los hechos se remontan a septiembre del 2012, dos meses después de que la expareja de la condenada le comunicara que había decidido poner fin a la relación sentimental que mantenían. El día 7 de aquel mes K.P.H.A. acudió al cuartel de la Guardia Civil de Calahorra y denunció que durante la madrugada anterior su antiguo novio se había puesto en contacto con ella y que tras amenazarle le forzó a tener relaciones sexuales con penetración. El presunto violador fue detenido y en todo momento aseguró que fueron relaciones consentidas y que creía que le había denunciado porque no deseaba volver a mantener una relación sentimental con ella.
Doce días después -durante los que la víctima estuvo en prisión- la condenada reconoció que nunca había existido la violación y que la denuncia era falsa.
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