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Raúl Sanz con una caja de tomates de Finca Señorío de Rioja en su almacén de Igea.
Tomates que saben

Tomates que saben

Cinco agricultores de Igea y Cornago se unen al proyecto de la empresa igeana que promueve cultivos de calidad en las tierras altas del Linares

SANDA SAINZ

Martes, 28 de octubre 2014, 23:31

El año pasado Finca Señorío de Rioja llevó a cabo una campaña de prueba en la que introdujo el cultivo de tomate en media hectárea. «Teníamos una finca nueva en verano y hasta enero no había nada previsto así que surgió la idea de cultivar unos productos a los que podíamos dar el sabor especial de esta zona y probamos con tomate y pimiento. Aunque los dos salen muy bien, destacó el tomate, con una calidad extraordinaria», explica Raúl Sanz, propietario de la empresa.

LAS CIFRAS

  • kilos de tomates han producido en esta campaña. Comenzaron el año pasado con 40.000.

  • hectáreas destinan al tomate este año en el Linares, buena parte como fincas experimentales.

«El mercado demanda frutas y verduras con sabores de antaño, que sepan a algo y vimos ese hueco. Este año tenemos tres hectáreas (parte de ellas dentro del programa de fincas experimentales de Agricultura del Gobierno de La Rioja) y frente a los 40.000 kilos del 2013 esta campaña vamos a obtener unos 300.000 y nos ha llegado para poco por lo que para la próxima esperamos doblar o más la producción», comenta Sanz.

Cultivan seis variedades. La principal, un 50%, es el Jack. Del resto hay un 10% de cada una como prueba (Negro de Crimea, Rosa Barbastro, Corazón de Buey, Tomata y Raf). De estas últimas cinco clases, las tres primeras se cultivarán en firme el próximo año, además del Jack.

Asimismo, se ha comprobado la mejora de la producción en las parcelas cubiertas con mallas y la protección que supone frente a las granizadas, por lo que la intención es aplicarlas a todo el cultivo.

Este tomate natural se planta en mayo y se cosecha a principios de agosto hasta finales de octubre. La diferencia con el de invernadero es abismal y de ahí su gran aceptación (llamó la atención en la feria Fruit Atraction). Como otros productos de la finca, se vende en tiendas exclusivas con el distintivo TAMI (Tomate de Alta Montaña de Igea).

Además, tras comprobar los resultados del primer año, se propuso incorporar a agricultores de la zona y se involucraron cuatro de Cornago y uno de Igea. Para la próxima se espera contar con más. «Queremos promover estas iniciativas para que la gente deje de vivir de la administración y viva del campo, que puede», sentencia Sanz.

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