Trabajos sobre un viñedo de Cenicero.

Ocho de cada diez autónomos riojanos no tienen capacidad de crear empleo

Varón, mayor de 40 años, con un negocio en el sector servicios y sin asalariados a su cargo, perfil del colectivo en La Rioja

María José González

Jueves, 21 de agosto 2014, 23:38

«No están integrados en sociedades mercantiles, cooperativas u otras entidades societarias. Tampoco son colaboradores familiares, ni están registrados como parte de algún colectivo especial de trabajadores». Esta es la definición con la que el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) identifica a los trabajadores ... autónomos «propiamente dichos», un grupo en el que se encuadran 16.340 de los 26.020 afiliados por cuenta propia que tenía registrados la Seguridad Social en La Rioja al cierre del mes de junio. De ellos, sólo el 18,7% cuenta con asalariados.

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Comparado con el mismo periodo del año anterior (16.326), el colectivo se mantiene estable en la comunidad (14 más en términos absolutos). Sin embargo, desde el inicio de la crisis, La Rioja ha perdido 2.677 autónomos, lo que supone una caída porcentual del 14,1%.

El descenso riojano supera casi en dos puntos el computado en media nacional (12,4%). En conjunto, España ha descontado 275.594 autónomos en los últimos seis años. También las comunidades limítrofes han anotado retrocesos aunque ligeramente más intensos que el de La Rioja: 13,5% en el País Vasco (13.353 trabajadores menos) y 16,1% en Navarra (5.393).

Según la estadística del organismo dependiente del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, el perfil mayoritario del autónomo «propiamente dicho» que trabaja en La Rioja responde al de un varón (68,4% del total), entre los 40 y los 54 años de edad (44,9%) y con un negocio en el sector servicios (60,5%). Otras características son que no tiene asalariados a su cargo (81,3%), ejerce una sola actividad (95,7%), lleva con su negocio cinco o más años (69,4%) y cotiza el mínimo a la Seguridad Social (83,7%).

Un análisis de la serie histórica de la crisis revela que, si bien el sector servicios sigue siendo el nicho laboral mayoritario para los autónomos, la agricultura «tiene una importante presencia» en La Rioja, destaca el informe del SEPE, con una ratio del 23,6%. Por el contrario, la construcción se ha desplomado el 45% desde junio del 2008, perdiendo 1.410 autónomos.

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Lo que no ha variado en estos seis años es la situación profesional de este colectivo en la comunidad. Ocho de cada diez autónomos no tienen capacidad de generar empleo y trabajan solos.

Por otro lado, y aunque la pérdida de efectivos afectó a ambos sexos, los grandes paganos de la crisis han sido los hombres: el número de autónomos varones ha caído el 18,6%, un descenso casi nueve veces superior al registrado por las mujeres (2,2%). Y por nacionalidad, los datos del SEPE constatan que los grandes perjudicados han sido los extranjeros, con un desplome del 38,6% respecto a junio del 2008, frente a la caída del 12,2% registrada por los españoles.

Negocios más duraderos

A pesar de la bajada general del número de trabajadores autónomos, la documentación de Empleo confirma un incremento de la antigüedad de los negocios de quienes han logrado mantener viva su actividad en esta etapa de dificultades: siete de cada diez autónomos llevan un lustro o más trabajando por cuenta propia, frente a los cinco que lo hacían hace seis años.

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Que el autoempleo fue una solución para muchos asalariados afectados por la crisis se comprueba al cotejar la ratio de los negocios con una duración que oscila entre los 6 y los once meses: al cierre de junio del 2008, el 25,5% de los autónomos (4.851) computaba en esa franja medida por el SEPE y, en la actualidad, sólo lo hace el 5,1% (828).

Por último, y examinando la base por la que cotizan a la Seguridad Social, los autónomos riojanos siguen optando de forma mayoritaria por el mínimo (83,7%), seis décimas más que hace seis años. Sin embargo, el total de los que aportan entre 1,5 y dos bases mínimas se ha desplomado el 64,7%, pasando de copar el 9,9% del total al 3,5%.

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El resto de las fases de cotización también ha registrado descensos a excepción de la que se sitúa entre dos y tres veces el mínimo, que se ha disparado el 581,8%, pasando de representar el 1,1% al 7,5% total de los afiliados.

Esta es la radiografía de un colectivo que afrontó el inicio del 2014 con una subida de las cotizaciones sociales, así como con la obligación de integrar en el salario conceptos y beneficios sociales que las empresas acuerdan por convenio con sus trabajadores y, que hasta finales del 2013, estaban exentos de cotizar: vales de comida, complementos de transporte, planes de pensiones o seguros médicos, entre otros.

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Sin embargo, el 5 de julio entró en vigor una mejora para los autónomos que ingresan menos de 15.000 euros anuales (inicialmente el límite de rentas era de 12.000 euros) ya que soportarán una retención por el IRPF del 15% en lugar del 21%. Se adelanta así la rebaja incluida en el proyecto de reforma fiscal.

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