Proyecto Hombre registra un aumento de las consultas de adolescentes riojanos en verano

Unos inicios que afectan "por igual", ha destacado, a chicos y chicas adolescentes en este tipo de consultas, aunque, en el programa ambulatorio de carácter general, abierto a todas las edades, "el consumo sí afecta a un mayor porcentaje de hombres", con un 84 %, frente a un 16 % de mujeres.

Uno de los principales motivos que provoca este "aumento de casos" de adolescentes durante el periodo estival es la "normalización" del alcohol, un proceso que "empieza en casa", ha subrayado.

"Cuando una familia acude a nuestros programas de ayuda para padres, les preguntamos que cuándo hay celebración, ¿que se puede ver en la mesa?", según Del Val.

"Son como esponjas"

Los adolescentes son "esponjas" que tienden a "imitar" el comportamiento de los adultos, por lo que si ven que un adulto "bebe para celebrar", "cómo un adolescente no va a beber para celebrar que él ya se ve como un adulto", ha razonado.

Durante el verano, ha explicado que los casos que se atienden en el programa ambulatorio de adolescentes del Proyecto Hombre se incrementan, entre otras causas, porque es "una época sin responsabilidades y comienza el periodo festivo en los pueblos", que provoca que se llevan a cabo "botellones" y que "aumente la presión de grupo para que el adolescente consuma alcohol".

"Muchos adultos que tienen problemas de abuso de alcohol comenzaron con un consumo excesivo a edades muy tempranas", ha alegado, una adicción que "se alarga mucho el tiempo" y que puede "dar inicio" a una "posible dependencia en el futuro".

Del Val ha afirmado que, en gran medida, "se trata de prevenir" este inicio en el consumo, que aumenta en verano y en Navidad, debido a que se pierden las rutinas y "se abre la puerta a comportamientos que pueden pasar desapercibidos durante el curso".

"Estos dos periodos en los que aumenta el tiempo lúdico también provocan un aumento en las recaídas", según la coordinadora, lo que permite que "los padres sean conscientes de que sus hijos tienen un problema".

Prevención, incluso con tres años

La prevención, en general, puede iniciarse, "incluso, con tres años", ha afirmado, "basta con dar al niño responsabilidades", a partir de las que los adolescentes comprenden que "existen" una serie de consecuencias para sus actos.

Por ello, uno de los principales objetivos del programa de Encuentro Familiar es "educar a los padres" en cómo poner "límites", "normas" y "controlar miedos" para que el problema de sus hijos no "se cronifique" y termine provocando "la necesidad de un tratamiento", ha dicho.

La postura de los padres con sus hijos es muy "importante", ya que la familia "tiende a ser", según Del Val, un componente de presión para los adolescentes, "se espera mucho de ellos, los padres les presionan y pueden usar la droga como una válvula de escape".

El efecto rebote por el exceso de autoridad

Ha explicado que hay diferentes estilos de educación, como el "sobreprotector", que provoca que el niño "no crezca" porque "no es capaz de asumir las responsabilidades que tiene y que más tarde le exigirá el mundo laboral y sus relaciones personales"

"El autoritario", ha afirmado, tampoco es recomendable, ya que refleja el "miedo a que el hijo salga de la norma que tiene todo controladísimo" y ello, al final, provoca "un efecto rebote" y que "se rebele".

Ha abogado por "un estilo de educación en el que existan unas normas y unos límites, pero también una negociación con los hijos" porque "la comunicación entre padres e hijos es una de las herramientas para prevenir una adicción".