La Fundación Tutelar vela por el patrimonio de 384 riojanos

El consejero ha detallado que la Fundación cuida y protege los derechos e intereses de 384 personas que, por diferentes circunstancias, se encuentran "totalmente indefensas y necesitan del amparo de la administración", que, además, logra mejorar su calidad de vida.

Entre 65 y 85 años

El perfil del usuario de la Fundación coincide con el de "una persona de entre 65 y 85 años, que reside en un centro donde está atendida las 24 horas del día, que sufre una enfermedad mental o un deterioro cognitivo o demencia y sobre la que la Fundación ejerce su tutela o figura de guarda correspondiente, por resolución judicial", ha subrayado.

Ha explicado que la labor de la Fundación Tutelar se centra en ejercer la tutela, curatela o figura de guarda de las personas mayores de edad incapacitadas judicialmente y de administrar sus bienes; así como de la guarda y protección de los bienes de los menores en desamparo tutelados por la Comunidad Autónoma.

Con este conjunto de actuaciones se trata de conseguir que estas personas normalicen al máximo su vida en los ámbitos personal, sanitario y social; facilitarles los recursos asistenciales disponibles y fomentar la sensibilización y el respeto del resto de la sociedad, ha detallado el Gobierno regional en una nota.

Nació en 2002 con 20 usuarios

La Fundación Tutelar de La Rioja nació en 2003 con 20 usuarios y, desde esa fecha, ha administrado los bienes y patrimonio de las personas tuteladas con un valor económico total que supera los 9 millones de euros al año.

"Una cantidad importante, que nos una idea de la labor de la Fundación Tutelar", ha destacado el consejero, quien también ha señalado que esta entidad cuenta este año con un presupuesto de 776.974 euros.

Ha recordado que la Fundación, en 2013, recibió un certificado de excelencia, otorgado por la Consejería de Administración Pública y Hacienda en reconocimiento a la calidad en la prestación de sus servicios.

Recibió el certificado de bronce por el alto grado de implicación de la dirección y del resto de sus líderes en el desarrollo de la cultura de la excelencia, como demuestra su trayectoria e impulso de mejora, según destacó el comité evaluador