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ROBERTO GONZÁLEZ LASTRA
Jueves, 19 de junio 2014, 22:54
Nació bajo una buena estrella desde su bautismo y apenas unos meses después de su alumbramiento, en junio de 1974, la marca de cigarrillos Fortuna había ya hecho bueno su nombre para convertirse en compañera inseparable de millones de españoles ilusionados ante la radical transformación del país.
Hoy, cuarenta años después, la planta riojana de Altadis, la única fábrica de elaboración de cigarrillos que resiste en España, celebra el nacimiento de Fortuna que, cuatro décadas después, se mantiene todavía como su orgullosa enseña. Como el resto de marcas de la empresa tabaquera, la producción del paquete blanco y rojo se traslado el 26 de junio de 1978 desde la capital riojana hasta El Sequero. Y allí sigue hoy, como único surtidor nacional para atender la demanda de su fiel clientela.
Altadis sabe que Fortuna fue la apuesta que cambió la suerte de su negocio y para conmemorar el aniversario mantiene estos días el trabajo a destajo de sus máquinas de Agoncillo para surtir el mercado con una edición limitada especial.
Iconos, sorteos y regalos
A partir del 22 de julio, el público podrá encontrar en los estancos cuatro sugerentes diseños de cajetillas, uno distinto para cada década -los setenta, los ochenta, los 90 y desde el año 2000 hasta la actualidad- con una colorida propuesta visual en la que se recogen los iconos representativos de la época. La celebración se completa con la puesta en marcha de la campaña 'Pide un deseo', en la que Fortuna sorteará 40.000 euros y repartirá más de un millar de obsequios entre sus clientes para celebrar casi una vida juntos.
'Donde está tu mundo, está Fortuna' clamaban radio, prensa y televisión en los albores de un producto apenas conocido en España, ya que 40 años atrás los cigarrillos rubios, que apenas suponían el 15% de la cuota de mercado del tabaco, eran una rareza procedente de los todavía lejanísimos Estados Unidos que intentaban conquistar a una país teñido en negro.
Fortuna sí convenció muy pronto a la sociedad española que, con el nuevo sabor del rubio americano fabricado en Logroño (también en Tarragona) endulzando sus vidas, recibió entre la ilusión y el miedo la democracia, asistió al nacimiento de un nuevo mundo de libertades olvidadas y se felicitó por un nuevo país de luz y modernidad.
Su excelente relación calidad-precio, las connotaciones positivas de su nombre y su estrategia de comunicación convirtieron casi de inmediato a la marca en el símbolo de una nueva España y en el despertar de toda una generación a la libertad y a la modernidad. Fortuna copó durante décadas el mercado nacional, con una cuota del 68% del tabaco rubio que se consumía en el país, una posición de privilegio que logró mantener con una constante innovación y nuevas incorporaciones a su catálogo de productos: en 1976 llegó la versión mentolada; en 1983, Fortuna Ligth; en el año 2000, las cajetillas de 25 unidades; en el 2005, los paquetes de picadura; en el 2008, Fortuna Fresh... Su liderazgo se reforzó con su apoyo al deporte (vela, motociclismo, trial, rallys) y el patrocinio de las grandes figuras de la época (Álex Crivillé, Emilio Alzamora, Carlos Sáinz...), una estrategia que cortó de raíz la Ley Antitabaco del año 2006.
Hoy, 40 años después, desde Agoncillo parten los camiones de Fortuna que se mantiene como líder en 12 provincias españolas y como la cuarta marca de tabaco rubio en el país, con una cuota de mercado del 11%.
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