«Evitar el rescate supuso la primera piedra en la recuperación que vamos a vivir en España»

- ¿Cómo puede creer, por ejemplo, un parado riojano de larga duración con dos hijos y a punto de agotar todas las prestaciones sociales que 'hay la luz al final de túnel' y todos esos mensajes de optimismo que reitera el Gobierno?

- Hay datos que ponen de manifiesto que, tras prácticamente seis años de crisis, el 2014 va a ser el primero de recuperación real en España. El crecimiento estará en torno al 1%, hay creación neta de empleo... Los parámetros que aparecerán en breve van a ratificar que el abandono de la crisis que iniciamos en el segundo semestre del 2013 ha ganado fuerza en los últimos meses y ahora de lo que se trata es de fortalecer la recuperación. No sólo hay luz al final del túnel, sino que estamos más próximos a la luz.

- El FMI acaba de mejorar las previsiones para España.

- Eso revela que se ha recuperado la confianza en la economía española. Y no sólo por parte del FMI. La mayoría de organismos y analistas, públicos y privados, nos dan unas perspectivas cada vez más optimistas y han revisado al alza sus proyecciones de crecimiento.

- Los datos macroeconómicos continúan sin tener reflejo en el día a día de miles de personas y las cifras de desempleo son tozudas.

- El problema del paro es una realidad, pero también lo es que estamos avanzando y la tasa se va reduciendo, aunque no sea al ritmo que nos gustaría. Por primera vez desde que empezó la crisis en España hay creación neta de empleo, lo cual constituye un cambio cuantitativo y cualitativo básico. Se ha parado una hemorragia, que ha sido tremenda y, por fin, le hemos dado la vuelta. Es un elemento de esperanza, lo que no significa que haya que seguir intentando mejorar esas cifras de creación de empleo.

- La Rioja tampoco es ajena a los efectos del paro. En marzo creció en 97 personas frente a una rebaja a nivel nacional y la tasa del 18,17% es el doble de lo que Pedro Sanz prometió al inicio de legislatura. ¿Qué se está haciendo mal?

- La Rioja es, de alguna forma, una comunidad autónoma que resume todas las potencialidades del conjunto de España por capacidad de exportación, nivel de inversión, auge del emprendimiento. Es una realidad que los indicadores de La Rioja son mejores que la media española. Lo que debe hacer es fortalecerlos. En este sentido, las elecciones europeas son para su región vitales, ya que si hay recuperación en Europa lo habrá en La Rioja en tanto que los productos de su comercio exterior están ligados en muchas ocasiones al consumo en la UE. Igualmente es trascendental para los emprendedores, pymes y autónomos riojanos que integran el grueso del tejido empresarial aquí disponer de fondos europeos. La Rioja se juega muchísimo el 25 de mayo.

- El mantra de que las elecciones europeas son cruciales para nuestro día a día contrasta con una desafección general hacia las instituciones y, sobre todo, la percepción de que Bruselas dicta el guión de los recortes que se aplican aquí.

- En España siempre hemos tenido autonomía en la estrategia económica. A finales del 2011 todo el mundo daba por descontado que el país iba a ser rescatado, y entonces sí hubiera venido la troika a fijar la política no sólo del Gobierno español, sino en todos los ámbitos incluido el de la administración riojana. Pero uno de los aspectos más positivos es que eso no ocurrió...

- ¿... podría haber sido peor?

- Le contaré un detalle. A principios del 2012 me encontré a un gran inversor internacional que seguramente tenía posiciones contra España y me dijo: 'doy un 65% de probabilidades a que acabéis rescatados'. Me alegro muchísimo de que se equivocara. Aquí hemos tenido un programa de asistencia financiera al sector bancario ya cerrado y no ha pasado lo mismo que están viviendo nuestros vecinos de Portugal, algo importantísimo desde el punto de vista de la autoestima. El que se haya evitado supuso poner la primera piedra para la recuperación que vamos a vivir ahora

- Marchas masivas como la del 22 de marzo y periódicas manifestaciones contra los recortes muestran que el mensaje no acaba de calar.

- Determinadas políticas son difíciles de explicar y entender, pero hay una realidad objetiva: España iba hace dos años hacia el colapso y ahora está en la buena dirección. El cambio ha sido brutal y todos los indicadores lo confirman. Ventas al por menor, confianza del consumidor, evolución de la financiación, capacidad de exportación... Efectivamente todo eso hay que trasladarlo al día a día del ciudadano, pero sí que está sucediendo ya de algún modo. Hay gente que está dejando de estar en la listas del paro, emprendedores que encuentran crédito, empresas más competitivas. Y todo eso en solo dos años. La semana pasada, sin ir más lejos, Eurostat decía que el índice de confianza de la sociedad española supera la media europea, algo que hacía mucho que no sucedía.

- ¿Ha cumplido la reforma bancaria los objetivos fijados si los particulares aún tienen dificultades para obtener crédito?

- A finales del 2011, el sistema bancario español se percibía, de una forma injusta, como insolvente. Y cuando eso ocurre, no hay crédito que valga. Por eso el Gobierno ha tenido que hacer muchas cosas para arreglarlo en sólo dos años. Si hoy nos fijamos en la evolución del crédito a pymes de menos de un millón de euros vemos que llevamos ya prácticamente medio año con tasas de incremento positivo en la concesión. Por otro lado, el crédito al consumo de las familias lleva también seis meses al alza. Y además, el comportamiento en el primer trimestre de este año de las líneas ICO ha sido el mejor de toda la historia. España tiene que reducir el volumen de crédito globalmente porque uno de los problemas fundamentales que teníamos era la excesiva concentración en el sector inmobiliario y de la construcción. Todo ello confirma que hay una reactivación efectiva del préstamo que debe ir dirigido preferentemente a aquellos que más lo merecen y han realizado sus deberes, como son las familias y pymes.

- La fusión de entidades supuso también la desaparición de símbolos territoriales como Caja Rioja.

- Se ha operado una transformación global muy importante del sistema financiero. Un proceso de consolidación absolutamente necesario que permite ahora tener una serie de instituciones que compitan y ofrezcan financiación para el conjunto. Y sobre todo que se perciban como solventes, porque si no es así dejan de cumplir sus funciones básicas.

- Da la sensación de que el foco se centra más en rescatar a banqueros y ahora a los concesionarios de autopistas que a las personas.

- Ni se ha rescatado a un banquero, ni este Gobierno ha indultado a ninguno. Lo que sí hemos hecho es forzar a los bancos a aprovisionar 86.000 millones y fijar limitaciones a la remuneración de sus directivos, endurecer todos los criterios de honorabilidad, elevar la profesionalidad. En el caso de las autopistas no ha habido ningún tipo de rescate. A medida que entraban en situación concursal hubieran tenido un impacto desde el punto de vista del déficit público. Lo que se ha hecho es pedir a los bancos una quita del 50% y establecer que los concesionarios ya no son los dueños de las autopistas y el Estado pasa a administrarlas. El planteamiento que usted apunta es absolutamente demagógico. El Gobierno está intentando mantener todos los servicios sociales, que hoy están mucho más seguros que hace tres años porque existe una percepción de sostenibilidad y de capacidad de financiación.

- ¿Hay alguna línea roja para llegar al objetivo de déficit después de los recortes aplicados en Educación, Sanidad o Servicios Sociales?

- Las líneas rojas han sido desde el principio el mantenimiento de los servicios fundamentales. A finales del 2011 estábamos en una posición en la que el colapso financiero de España hubiera supuesto otro tipo de recortes radicalmente distintos a los que se han producido. Se han realizado esfuerzos colectivos, ajustes o subida de impuestos, pero si efectivamente hubiéramos sido rescatados, los efectos de las políticas y la cuantía de los recortes hubieran sido bien distintos. El 9% de déficit era insostenible, de forma que con el 6,6% actual y una evolución que seguirá a la baja tenemos capacidad para hacer la gran reforma que queda pendiente al Gobierno: la tributaria, en la que los españoles van a notar una bajada de impuestos.