¿Dónde estabas en 1982?

El 9 de junio de 1982 nacía La Rioja como Comunidad Autónoma gracias al Estatuto de Autonomía. Eran días intensos, casi convulsos, que pasarían a la historia de La Rioja y, por ende, de España. Como en todos los grandes acontecimientos históricos, cuadra a la perfección la pregunta de ¿Dónde estabas entonces? Es la cuestión a la que han contestado algunas de las personalidades de la sociedad riojana, que han rebuscado en su memoria para revivir aquel momento tan especial para La Rioja y sus gentes.

La presidenta del Gobierno, Concha Andreu, estudiaba en el instituto en 1982. Señala que «entonces, ya tenía claro que quería estudiar algo relacionado con las ciencias». «Hoy en día, las expectativas de estudiar algo relacionado con las ciencias, están cumplidas», cuenta la presidenta al señalar que es «licenciada en Ciencias Biológicas con especialidad en Botánica por la Universidad de Salamanca y Máster en Viticultura y Enología por la Universidad de Zaragoza». «Es decir, pude estudiar una carrera y hacer vino», añade. Otros deseos, como «vivir en La Rioja y tener hijos», también están colmados.

«Lo que en 1982 no imaginaba era tener la oportunidad de trabajar por La Rioja y de ser presidenta. Por ello, estoy enormemente agradecida», detalla sobre su momento actual Andreu.

En junio de 1982, Cuca Gamarra, la actual secretaria general del PP y portavoz del Grupo Parlamentario del PP en el Congreso de los Diputados, apenas tenía siete años y disfrutaba de una infancia feliz, con toda la vida por delante, como el Estatuto de Autonomía de La Rioja.

Hoy la vida ha dado una vuelta intensa. Gamarra alude a su «vocación de servicio público» como razón para involucrarse en política desde muy joven: «Tras tener el inmenso honor de ser alcaldesa de mi ciudad, Logroño; como secretaria general del PP y portavoz del GPP en el Congreso, dedico todo mi tiempo a defender el interés general de España, frente a un Gobierno que carece de sentido de Estado, y a aportar soluciones a los problemas de los españoles y, por supuesto, de los riojanos».

Rememora José Ignacio Ceniceros, expresidente de La Rioja y presidente del PP riojano, que desde muy joven ha estado «muy implicado en la vida social y política con una clara vocación de servicio». «Desde mis primeros pasos como peñista en Villoslada, mi pueblo, hasta la Presidencia de La Rioja, siempre he compartido mi orgullo por ser y sentirme riojano, tratando de contribuir con mi labor al progreso de nuestra tierra», apunta.

Sobre su vida actual, hace una reflexión echando la vista atrás: «A lo largo de estos años he tenido la oportunidad y el privilegio de trabajar con muchos compañeros en distintas instituciones para transformar en positivo de nuestra Comunidad, desde los primeros pasos del autogobierno hasta La Rioja actual. Feijóo ha sido un gran compañero de viaje en este proceso de hacer más España desde cada Comunidad, estoy convencido de que con él en el Gobierno de España, La Rioja protagonizará muchas buenas noticias».

Javier Marca preside el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja, una experiencia que califica de «magnífica», por lo que manifiesta su deseo de «seguir trabajando para mejorar la justicia riojana». Y añade que, por eso, tiene previsto «solicitar al Consejo General del Poder Judicial la renovación en el cargo, ya que el próximo 3 de julio» concluye su primer mandato, para el que fue nombrado hace cinco años. En 1982, Marca cursaba el segundo curso de Derecho en la Universidad de Zaragoza y su proyecto de futuro era abrir con un amigo una gestoría en Nájera o preparar notarías«.

Cristina Antoñanzas era apenas una niña de seis años en 1982, por lo que su mayor ilusión era estar con su hermano pequeño. «Supongo que mi pretensión a esa edad sería no enfadarme mucho porque me hacían menos caso que a él. Ahora somos inseparables», recuerda con cariño la vicesecretaria general de UGT.

Lógicamente, su vida ha cambiado mucho desde aquellos tiernos seis años, al igual que sus metas. «Hoy quiero seguir luchando por conseguir de una vez por todas la igualdad real entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de nuestra vida: pelear por que no nos maten por el hecho de ser mujeres. No queremos ser ni más ni menos solo queremos tener las mismas oportunidades», responde con firmeza

El rector de la Universidad de La Rioja, Juan Carlos Ayala, conseguía, allá por 1982, «una beca para estudiar Empresariales en la Universidad Laboral de Gijón». «Todo mi esfuerzo se centraba en aprovechar las oportunidades que me abría la beca y en no defraudar a quienes creían que podría lograrlo», rememora de aquella época.

Hoy, aquel becario ha prosperado profesionalmente hasta ganarse el puesto de catedrático de Economía Financiera y Contabilidad y ser el rector de la Universidad de La Rioja. «Cada día me empeño en que la Universidad esté un poco más cerca de la sociedad y siga siendo el principal motor de la transformación de La Rioja», explica sobre sus perspectivas actuales.

«Cuando tenía 10 años, en 1982, me encantaban el fútbol y el atletismo», cuenta el matemático Eduardo Sáenz de Cabezón. «Fue un año feliz, uno de esos veranos de infancia eternos que uno recuerda como los mejores periodos de su vida. Mis sueños probablemente se reducían al colegio y al deporte, no me planteaba qué hacer con mi vida, claro», rememora el también comunicador. Ahora se dedica a hacer matemáticas en la Universidad de La Rioja y a contarlas a través de la televisión y de YouTube: «Y la ciencia y su comunicación me producen esa misma felicidad de los verano de la infancia, porque hacer matemáticas es tener la sensación de estar continuamente inventando, jugando en una actividad creativa que nunca acaba».

«Hace 40 años, yo era un adolescente de 16 años, cursando en Madrid, el 2º de BUP de entonces, que correspondería al final de la actual etapa de Secundaria», hace memoria el actual titular de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, el obispo Santos Montoya, que explica: «En aquel momento no tenía muy claro en qué dirección orientarme, aunque la inquietud religiosa estaba presente».

Cuarenta años después, lleva dos meses como obispo de esta diócesis, llamada de Calahorra y La Calzada-Logroño. ¿Sus expectativas? «Servir a la Iglesia que camina en este lugar y contribuir con su mensaje de esperanza a la convivencia y al bien común de los riojanos», atestigua con claridad.

En 1982 el sacerdote Justo García Turza comenzaba su labor como secretario del Obispado y, posteriormente, como secretario de prensa, colaborando con los medios de comunicación. «Ahora, cuenta, no hago prácticamente nada, lo que me han dicho tras el cáncer, rezar mucho, que es lo más importante que he hecho nunca, echar una mano a quienes me necesitan un poco y colaborar con Diario LA RIOJA».

José Antonio Oteo tenía en junio de 1982 21 años y exactamente el 9 de junio de ese año se encontraba en plenos exámenes de cuarto curso de medicina en la Universidad del País Vasco. «Estaba muy motivado e ilusionado por todos los acontecimientos que se sucedían y avecinaban. La medicina estaba cambiando a un ritmo muy rápido, estábamos en los comienzos de la pandemia de VIH-SIDA, llegaban nuevas tecnologías… y había mucho que aprender», recuerda el jefe del departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital San Pedro, que en la esfera de los acontecimientos sociales, recuerda que se sentía «muy esperanzado con el futuro». «El reconocimiento de La Rioja como Comunidad Autónoma era un salto cualitativo y cuantitativo muy importante. Por fin teníamos una identidad propia con nuestro Estatuto de Autonomía. No me puedo, ni quiero imaginar, lo que hubiera sido de La Rioja sin aquel marco que habíamos ganado».

«En la actualidad, se puede decir que voy colmando mis expectativas», explica el especialista. «Aunque la pandemia de COVID-19 ha sido y sigue siendo muy dura, tengo la suerte de estar rodeado de un gran equipo humano que hace que todo sea más fácil», agradece y señala que «en estos años nos hemos convertido en un referente nacional e internacional en el campo de las infecciones emergentes, y esto me llena de orgullo».

Titín III es sinónimo de triunfos deportivos en La Rioja y fuera de ella. Pero cuando Augusto Ibáñez pasaba las tardes jugando a pelota en el frontón de Tricio con sus hermanos nada le hacía pensar que llegaría tan lejos en el deporte de sus amores. «Sé que es un poco tópico pero es la verdad, es un sueño hecho realidad», relata Titín, que agrega que «en esa época, a esas edades, no piensas en nada; de hecho, anticiparse es perjudicial».

En el 2022 Titín sigue disfrutando de la pelota, «aunque en otro aspecto, de otra forma». «Pero sigo en el deporte, es lo que me gusta, con lo que más disfruto, para mí es lo más bonito del mundo», comenta el pelotari de Tricio.

En 1982, una niña llamada Carlota Castresana disfrutaba de su vida en Logroño: «Era una niña muy inquieta que hacía muchas actividades semanales. Empezaba a amar el deporte», revive la plusmarquista riojana. En 2022 echa la vista atrás para contar cómo en su día voló para convertirse «en profesional del deporte, hoy desde el Derecho, la gestión y la dirección». «Sigo amando mi profesión, que solo intuía cuando era una niña», dice Castresana. «Valoro más que nunca cada pequeño momento con mi familia y con mis amigas de siempre en cualquier rincón de La Rioja», concluye la deportista riojana.

La atleta Maru Hernáiz acababa en 1982 de cerrar su primera etapa en el deporte, con un nuevo proyecto de vida, el de formar una familia con el también atleta José A. Aguado. Cuarenta años después, Maru destaca hoy que ahora está en su segunda etapa como deportista de competición: «Una vez retomada mi vuelta al atletismo participo en categoría Máster, en la que he ido obteniendo significativos éxitos deportivos». «Todo ello rodeada y apoyada por la gran familia que formé durante este bonito y feliz trayecto», cuenta haciendo memoria.

Las dudas asaltaban en 1982 a Fernando Ezquerro, el actual presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja. «No tenía claro si seguir estudiando o quedarme en el viñedo en la explotación familiar». Decidió quedarse y ahora, aparte de dicha explotación, tiene la responsabilidad de presidir el Consejo, las cooperativas vinícolas de España y la cooperativa de Autol. Casi nada; por eso apunta Ezquerro: «Ni entonces ni ahora tengo el problema del aburrimiento, aunque por distintas razones»

La presidenta de Marqués de Cáceres se dedicaba hace cuatro décadas al negocio inmobiliario en París. «Disfruté de la riqueza y de la majestuosidad de sus edificios, lo que supuso una experiencia muy gratificante ante un mundo muy competitivo», cuenta Cristina Forner.

«A finales del año 1983 me trasladé a La Rioja impulsada por mi padre, Enrique Forner, fundador de la bodega en 1970, con el fin de desarrollar la internacionalización de nuestra marca», recuerda la actual presidenta de la marca que cambió el ambiente parisino «por el impresionante paisaje de La Rioja y de su cultura local»: «He buscado defender La Rioja y nuestros vinos por el mundo». Forner hace memoria para señalar que «han sido muchos esfuerzos y una experiencia especial a la vez que una gran apuesta para asegurar la continuidad del negocio familiar», una decisión que, sin duda, «volvería a tomar».

En el año 1982 María Vargas, directora técnica de Marqués de Murrieta, tenía 10 años y esta foto refleja el verano... ¡un verano de los de antes! «Disfrutábamos en una huerta muy grande en Haro donde compartíamos cada tarde muchos niños y sus madres. Había una zona de frutales, un gran jardín y un pozo donde, incluso, nos bañábamos», remarca Vargas para añadir: «En esa época mi preocupación única era ver cada mañana si iba a hacer sol para poder bañarnos o no y saber quienes íbamos a ir a la huerta para planificar juegos».

La cosa ha variado significativamente para María, directora técnica de Marqués de Murrieta desde 2000: «He tenido la suerte de poder hacer de mi pasión mi trabajo». Entre sus contribuciones, que la bodega alcance grandes reconocimientos a nivel enológico como los '100 puntos Parker con el Castillo Ygay 1986' y 'Mejor Vino del Mundo con el Castillo Ygay 2010'. Para llegar a semejantes metas, María no se olvida de «una familia propietaria a quien agradecer su apoyo a lo largo de estos años, mucho esfuerzo, ilusión, y un equipo de personas comprometidas con la calidad y la excelencia que diariamente aportan su mejor trabajo».

Lorenzo Cañas, uno de los mejores embajadores de los fogones riojanos, ya tenía en 1982 la ilusión de «dar a conocer la cocina riojana dentro y fuera de España (la imagen es de unas jornadas en Suecia)». «A la vez atendía mi restaurante Mesón La Merced y me aproximaba con gran ilusión a hacer realidad mi sueño de inaugurar mi primer restaurante La Merced, en el palacio del Marqués de Covarruvias (febrero de 1983)».

Hoy Cañas no ha dejado su pasión: «Actualmente sigo trabajando en la cocina, con 64 años de experiencia e ilusión renovada día a día al estar rodeado y apoyado por mis tres hijas, quienes recogen mi legado. Mi mundo es mi familia y la cocina», precisa este pionero de la cocina riojana.

Con 14 años, el chef del Echaurren, Francis Paniego, estudiaba en el colegio Menesiano de Nanclares de la Oca, en Álava. Pocas preocupaciones ocupaban entonces la cabeza del cocinero riojano: «Éramos muy jóvenes, nos preocupaba el deporte, cómo lo iba a hacer España en el mundial y eso de la autonomía sonaba a cosas de mayores». Pero ahonda en una reflexión sobre dicho momento tan fugaz en su día para los chavales como él: «Es curioso que luego mi oficio de cocinero y esa misma autonomía me ha permitido, y lo sigue haciendo, poder representar a mi tierra en multitud de ocasiones».

Y prosigue el chef con estrellas Michelin: «La Rioja es un sentimiento que nutre mi trabajo de contenido, me permite aportarle personalidad propia a través de nuestras tradiciones, de nuestra cultura y de nuestros productos únicos».

Mayte Mateos ya era una estrella en 1982 gracias al exitoso dúo musical Baccara que, como evoca la propia cantante riojana, «nació de una manía». En 1982 seguía cantando, algo que sigue haciendo en la actualidad, hoy en día acompañada por Paloma Blanco. «Nunca lo he dejado», agrega la artista riojana. Ahora, además, mantiene su carrera de danza española, con clases de baile y también clases de vocalización para mantener la voz. «Mis expectativas, antes y ahora, siempre fueron trabajar haciendo lo que me gusta», concluye Mateos.

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