El valor de las ideas, vuestras ideas, para 'Llenar de vida La Rioja vacía'

Abel Baquerín expone que en muchos pueblos solo quedan agricultores y ganaderos muy mayores cerca de jubilarse o ya jubilados. Considera que estos podrían trasmitir su experiencia a jóvenes sin trabajo o a personas que les guste el campo. «Para ello tienen que entrar en consenso el agricultor, el Ayuntamiento y el Gobierno de La Rioja«, enumera.

Cada uno debe jugar su papel. El agricultor como formador, el Ayuntamiento cediendo el terreno y el Gobierno de La Rioja para subvencionar a ambos. «Así, la gente joven promovería una revitalización del campo y los ayuntamientos y el Gobierno recobrarán su inversión«, recalca.

En su opinión, esa es la base para crear puestos de trabajo y llenar La Rioja vacía. «El campo se muere al tiempo que los agricultores y ganaderos desaparecen, así que regenerémoslos en la base», cuenta. Para lograrlo, apunta la posibilidad de crear pueblos piloto. «Un joven agricultor genera vitalidad, ideas e impuestos, pongamos los instrumentos necesarios sin complicaciones ni burocracia«, concluye.

Jon Elguezabal, un enamorado de La Rioja, opina que «lo que marca la diferencia es evidentemente el centro de trabajo. En mi caso particular podría trabajar en modalidad de teletrabajo y elegir así donde quiero vivir. Si las empresas cambiarán el modelo, mucha gente elegiría zonas rurales o regresar a su lugar de procedencia». «Otro aspecto importante», añade, «es que en las zonas rurales debería garantizarse que la educación tiene la misma calidad, contenido y valor que la que se imparte en las ciudades».

Victoria Grijalba Castro, nos escribe desde la ciudad de Cali, en Colombia. «Pienso que para que la Rioja, que es una tierra maravillosa, no se quede vacía se podría atraer la gente con eventos culturales y deportivos, incentivar el turismo que se promueva su gastronomía y se hagan eventos recreativos».

Susana Rabanal, es de Villalobar de Rioja, un pueblo de sólo 69 habitantes con mucha gente mayor. «Procuramos ir todos los fines de semana pero solo hay internet en el ayuntamiento. Nos vendría genial que tuvieran todos los vecinos, lo necesitamos para trabajar. El gobierno debería ayudar a que llegue a todas las casas, ya que ahora se necesita para casi todo, es más, te exigen la firma electrónica». Explica la lectora que la fibra está sólo a 4 km en Castañares. ¿Por qué no se encarga el propio gobierno de la Rioja de que internet llegue a todo el mundo?, pregunta.

Otro ciudadano nos envía una lista con siete soluciones: extensión de la fibra óptica hasta los municipios de más de 50 habitantes y si se puede en todos mejor; buscar soluciones para atender a los niños con guarderías y escuelas, todas las cabeceras de comarca debieran de tener guarderías públicas capaces de atenderr todos los niños desde los 0 años, actualmente no lo absorben; crear empleo, bien en el municipio o bien en la cabecera de comarca. Fundamental la inversión pública que cree empleo; buscar sustitutos a los agricultores que se nos mueren; fomentar la agricultura cooperativista; gomentar mediante la educación, el uso de los servicios online tanto de empresas como administración; fomentar la vivienda rural como lugar de residencia habitual. En tal sentido, ayudar por parte de los gobiernos, a que los ayuntamientos afectados puedan poner a disposición de jóvenes viviendas en propiedad a muy bajo coste y condicionado a que residan y pernocte en el municipio y uesta a disposición de inversores de suelo industrial o crear pequeños parques tecnológicos.

Natividad Verges nos escribe narrándonos su experiencia personal: «Yo tengo 58 años, soy una persona muy activa y me vine de Barcelona buscando trabajo y encuentro trabajos pero para obra y servicio o para un tiempo determinado. Yo soy viuda y cobro una viudedad que no llega a los 550 euros, vivo de alquiler y tengo la vitalidad para hacer aún muchas cosas«. La lectora explica que le gustan los pueblos, yo vivo en Fuenmayor y tengo carnet de conducir y me veo capaz de hacer y aprender a hacer muchas cosas. Solo que me dejaran un sitio para vivir sin pagar alquiler podría ayudar en muchas cosas a gente más mayor, cocinar, ir a comprar, llevarlos al médico, etc».

Otro lector considera que se podría crear entre los riojanos «un fondo que permita a equipos de jóvenes de Hispanoamérica, que demuestren un perfil psicológico, médico y profesional, para llevar a cabo emprendimientos sustentables en el campo. Las empresas creadas por el fondo pertenecerían a los riojanos, y estos chicos fungirían como sus colaboradores«. El lector concluye su propuesta argumentando que »para un joven es más fácil adaptarse a la vida en el campo, y no todos queremos vivir en ciudades grandes«.

Irene Sáenz y Víctor Baños viven en Huércanos, aunque son de Anguiano y Nájera, respectivamente. Tienen 35 y 33 años y dos son las propuestas que proponen para llenar de vida La Rioja vacía. La primera pasa por la implicación por parte de empresas, Administración Pública y otras entidades, para favorecer el trabajo telemático. «Aunque sea una fórmula en la que no pueden hacerse las 40 horas semanales, sí gran parte de ellas y en un porcentaje alto de los puestos de trabajo», apuntan.

En segundo lugar, consideran importante que la Administración Pública descentralice las compras y estas se puedan realizar en los pueblos o cabeceras de comarca en los que se vayan a utilizar esos materiales, máquinas u otros productos. Además, destacan que las empresas de los pueblos prioricen la contratación de gente que viva cerca.

Olga Isasi García ha sido otra de las lectoras en contactar con Diario LA RIOJA. A su juicio, existen «dos factores clave» para «tejer la red que evite la despoblación rural y atraiga nuevos habitantes». El primero de ellos sería contar con «un transporte público que conecte» los núcleos más pequeños «con las localidades de referencia donde se ubican los servicios de sanidad y educación». Las conexiones y las frecuencias, advierte, tienen que ser «suficientes. Aunque resulte un servicio deficitario».

El segundo factor clave que apunta Olga es el «acceso total a redes de comunicación (telefónica, wifi, etc.), lo que permitiría en muchos casos la implantación de pequeños negocios locales que podrían operar a través de internet e incluso daría opciones de teletrabajo para los residentes».

Guillermo Briones también tiene la amabilidad de comunicar con este diario para aportar una idea. Sugiere «un encuentro de alcaldes de La Rioja vacía» para, entre todos, «extraer ideas». Y propone que a esa 'cumbre' se invite a «alguien del Gobierno francés», ya que a su juicio el país vecino, a pesar de ser muy centralizado, «ha conseguido una importante estabilidad en las zonas rurales».

Luis Javier García trata de aportar soluciones por otros derroteros. «Miguel Delibes demostró que la mejor forma de acercarse a la realidad de los pueblos es la literatura». De modo que propone «convocar un concurso de novela (con la colaboración del Gobierno regional, la Federación de Municipios, SOS Cameros, etc.) para que los riojanos escriban de La Rioja».

También por la vertiente cultural cree Eric Guinea que se puede ayudar a frenar la despoblación. Este lector pone como ejemplo la propia agrupación a la que pertenece, 'Las Ruedas Creativas', una asociación cultural que, desde el 2004, según nos cuenta, «busca la dinamización de entornos rurales a través de muy diversas actividades». Ha trabajado en pueblos como El Rasillo, Villoslada, Alesanco, Clavijo, Arenzana de Abajo... Y Eric cree que iniciativas de este tipo ayudan a llenar de vida los entornos rurales.

César Solano envía al periódico un extenso correo con múltiples ideas. Tienen casi todas en común la apuesta por el empleo y, por resumir y citar solo unas pocas, cabría destacar, por ejemplo, medidas como «situar fábricas importantes en todas las cabeceras de comarca y otras de menor tamaño en todos los pueblos posibles». Como puede que tal cosa no resulte del todo rentable al empresario propone «compensarle con alguna desgravación». César cree también que sería beneficioso «dar trabajo en limpieza de montes a los habitantes de pueblos cercanos», así como «subvencionar los sistemas de calefacción» en los pequeños municipios» y poner «la energía eléctrica más barata, pues los pueblos, por lo general, son más fríos que la ciudad».

Oscar de la Peña asegura que ha leído «el anuncio en el periódico para aportar ideas contra la despoblación» y se ha animado a «escribir». Su punto de vista es diferente y tiene también la intención de paliar un mal que existe en nuestra sociedad con los mayores a la vez que aplaca el problema de la la despoblación.

«Creo que nos equivocamos intentando repoblar con gente joven o en edad de trabajar, para esta gente se necesita fuente de ingresos a través del trabajo, algo ya difícil en la ciudad. Y sí repoblamos nuestros pueblos con personas que tienen ingresos fijos mensuales sin necesidad de trabajar, me refiero a esa franja de población que va en aumento en este país 'los pensionistas'», indica. «Hay una gran cantidad de estas personas que viven solas y casi olvidadas, agradecerían un lugar donde sentir calor humano y cercanía con sus vecinos, alrededor de esta población se necesitarían entonces gran cantidad de servicios, que son puestos de trabajo», relfexiona.

«¡Qué alcalde no quiere que todos sus vecinos tengan ingresos fijos a fin de mes! No necesitan grandes casas, simplemente bien acondicionadas, que el ayuntamiento no especule, puede haberlas de alquiler social, en propiedad a unos precios asequibles ya que si venden sus actuales viviendas accedan a una en el pueblo y les queden algunos ahorros. Promover energías renovables para abaratar recibos mensuales un pueblo sin barreras arquitectónicas con centro de salud pudiera ser para varios pueblos cercanos, con tanto tiempo libre pueden aprender mucho como: música, pintura, nutrición pudiera ser en el colegio»

«Se podría motivar a este tipo de personas a retirarse al pueblo. Ejemplo: con huertos, si compran casa, que ese hijo sin trabajo que vive con ellos pueda acceder a un puesto en el ayuntamiento, aguacil, barrendero, mantenimiento u otros oficios. En fin, menos impuestos y gastos que en la ciudad con esto se puede atraer gente de otras comunidades autónomas, seamos los primeros. No todo el mundo se puede pagar una residencia hagamos algo por ellos y ellos por nosotros, visitemos a nuestros mayores en cuanto podamos y llenemos los pueblos de vida», termina.