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Arantza Gurrutxaga es una vecina de Herramélluri...y mucho más. Es la alguacila, jueza de Paz, incansable colaboradora de todas las actividades que se organizan, que son muchas gracias a un puñado de entusiastas vecinos, 'hijos del pueblo' y asiduos del mismo, buena parte de ellos canalizados a través de las dos asociaciones existentes, 'Ciudad de Libia' y 'Venus'. Arantza pone el acento en que «cada vez se trabaja más en conjunto, también con el Ayuntamiento». Y así tiene que ser, opina, sin entender que «muchas veces se hace política pura y dura en ayuntamientos sumamente pequeños». Con la que está cayendo a los pueblos... Es consciente de que los habitantes del medio rural viven con un futuro incierto, pero tampoco ve la solución en las urbes. «Son muchas cosas», dice con un tono de preocupación al enumerar las posibles medidas que podrían revertir la actual situación. Difícil, sí, pero ella, al menos, lo va a pelear. «Si voy a morir aquí, que muera con dignidad», afirma.
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