La coalición de derechas arrasa en la región italiana de los Abruzos

La victoria en los Abruzos del conservador Marco Marsilio puede tener consencuencias en Roma y animar a Salvini a romper su pacto en el Gobierno con el Movimiento 5 Estrellas (M5E) si la tendencia se mantiene en las elecciones europeas de mayo. La formación 'anticasta' se desplomó en los Abruzos respecto al resultado de los comicios generales del año pasado: pasó del 40% al 20% de los escrutinios, reflejando así la decepción de buena parte de los electores con su desempeño en el Ejecutivo. Marsilio calificó de «clamorosa» la derrota del M5E y la explicó porque se ha desvanecido el efecto novedad que la impulsó en anteriores citas.

Tras sacar pecho por el resultado, Salvini intentó tranquilizar a sus socios en el Gobierno de Roma al asegurar que mantiene la alianza con la formación 'anticasta'. «No cambia nada», garantizó. No le hace falta. En menos de un año le ha comido el terreno a Luigi Di Maio, líder del M5E, colocando a la Liga 10 puntos por encima en intención de voto, según las últimas encuestas. Salvini aprovechará los próximos meses para seguir desplegando desde el poder su estrategia de 'campaña electoral permanente' hasta conocer el resultado de los comicios europeos de mayo. Tendrá entonces datos suficientes para saber si le merece la pena forzar el divorcio con el M5E para volver a las urnas e intentar convertirse en el próximo primer ministro italiano con el apoyo de Forza Italia y de Hermanos de Italia.

Además de la derecha, el otro beneficiado de las regionales fue la coalición de centro izquierda guiada por el Partido Democrático (PD), que registró una fuerte subida al hacerse con el 31% de los votos. Las fuerzas progresistas sólo obtuvieron un 17% en las legislativas de marzo de 2018. El PD parece que deja a las espaldas el momento en que tocó fondo y se convierte en una alternativa atractiva para los votantes desilusionados con el M5E. El repunte de la principal formación de centro izquierda en los Abruzos se produce además en medio de un vacío de liderazgo a nivel nacional en el PD, cuyos militantes y simpatizantes deben elegir a su secretario general en las elecciones primarias convocadas el 3 de marzo.

El gobernador regional del Lacio, Nicola Zingaretti, parte como favorito para hacerse con las riendas de esta fuerza política. Al igual que el candidato de la izquierda en los Abruzos, Giovanni Legnini, Zingaretti apuesta por un PD abierto a pactos con otras formaciones progresistas y alejado del fuerte personalismo que caracterizó al período de liderazgo del ex primer ministro Matteo Renzi.