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Rafael M. Mañueco
Viernes, 15 de noviembre 2019, 18:47
La Policía holandesa y miembros del Joint Investigation Team (JIT), el equipo internacional que investiga el derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines el 17 de julio de 2014 en el este de Ucrania, han hecho públicas el jueves varias conversaciones telefónicas que fueron interceptadas ... y que demuestran la implicación en aquella tragedia de altos cargos rusos. La destrucción de aparato, un Boeing 777, por un misil disparado desde un lanzadera antiaérea BUK de fabricación rusa acabó con la vida de 298 personas, entre ellos 80 menores. De todos ellos, 196 eran de nacionalidad holandesa.
Estos nuevos indicios, aparecidos en la página web de la Policía holandesa junto con otro llamamiento a la colaboración de cualquier persona que tenga pruebas que aportar o testificar sobre algún aspecto del suceso, indicarían que altos funcionarios rusos vinculados a la seguridad coordinaron las acciones de los comandos separatistas de la autoproclamada República Popular de Donetsk (DNR en sus siglas en ruso) cuando fue disparado el misil que echó abajo el vuelo MH17.
Se trata de grabaciones de conversaciones telefónicas interceptadas en julio de 2014, en días anteriores y posteriores a la caída del avión tras ser alcanzado por un cohete. Una de ellas se refiere a la «llegada » a Donetsk de militares del entorno del ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, cuyo nombre se repite en otra de las llamadas. Alexánder Bórtnikov, director del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB o antiguo KGB) también figura en las conversaciones así como el Vladislav Surkov, asesor del presidente Vladímir Putin.
Otros personajes mencionados igualmente por los combatientes rebeldes en sus conexiones efectuadas «a diario» son Serguéi Aksiónov, la máxima autoridad en Crimea en el momento actual, y el antiguo oficial del Ejército ruso, Ígor Guirkin, más conocido con el apodo de Strelkov, que entonces era «ministro de defensa» del enclave separatista de Donetsk.
El Boeing de Malaysia Airlines volaba entre Amsterdam y Kuala Lumpur hasta que, al sobrevolar una zona del este de Ucrania bajo control de las milicias separatistas de Donetsk, un misil le hizo saltar por los aires con sus 298 pasajeros y miembros de la tripulación.
El JIT sostiene que ahora mismo las investigaciones se centran en los miembros de la tripulación de la lanzadera BUK y en las personas que formaron parte de la cadena de mando rusa para el despliegue de este sistema antiaéreo. Según el jefe de la unidad de investigación criminal de la Policía holandesa, Andy Kraag, «el análisis de las declaraciones de testigos y otras informaciones reveló que la influencia de Rusia en los asuntos de la República de Donetsk iba más allá del simple apoyo militar».
Según sus palabras, «los vestigios de vínculos cercanos entre los líderes de la República Popular de Donetsk y las autoridades rusas suscitan preguntas sobre la posible implicación en el despliegue de la lanzadera que derribó el vuelo MH17«. Al parecer, según declaraciones de tres antiguos combatientes rebeldes a la agencia Reuters, Surkov era quien desde el Kremlin dirigía el operativo de lucha contra el Ejército ucraniano. Algunas fuente les atribuyen también a él el mando de las unidades de francotiradores que masacraron a la multitud en la Plaza del Maidán de Kiev el 20 de febrero de 2014.
Sin embargo, las autoridades de Moscú insisten en que Rusia nada tuvo que ver con la catástrofe del avión ni con las muertes en Kiev. Niegan también estar alimentando la guerra en el este de Ucrania.
El JIT concluyó el año pasado que el sistema BUK que derribó el vuelo MH17 pertenecía a la Brigada Antiaérea rusa número 53, desplegada en Kursk, región del oeste de Rusia fronteriza con Ucrania. Parece que confundieron el avión de pasajeros con uno de transporte militar ucraniano AN-24.
El fiscal holandés, Fred Westerbeke, asegura que han sido identificadas «100 personas involucradas en los hechos». Y, el pasado mes de junio, Westerbeke acusó formalmente de organizar todo el tinglado que condujo al derribo de la aeronave malasia a cuatro personas, tres rusos y un ucraniano, antiguos oficiales del Ejército ruso o agentes de sus servicios secretos.
A saber, el ya citado Guirkin, Serguéi Dubinski, jefe de la inteligencia de los rebeldes de Donetsk, su mano derecha, Oleg Pulátov, y el comandante de una de las unidades separatistas, el ucraniano Leonid Jarchenko. El juicio contra ellos está previsto que se celebre en marzo de 2020 en Holanda, pero serán juzgados en ausencia, ya que no es previsible que Rusia los extradite.
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