La UE cierra filas con Grecia sin criticar su respuesta a la crisis migratoria

Tras casi tres horas de reunión, los ministros de los Veintisiete suscribieron un texto conjunto en el que rechazan la utilización «de la presión migratoria por parte de Turquía con fines políticos» al tiempo que inciden en que «no se va a tolerar» el paso de migrantes irregulares por su frontera exterior. Se expresa solidaridad con Grecia, Bulgaria, Chipre. Y en la línea del símil que empleó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante su visita del martes a la frontera greco-turca, se refuerza el «escudo» heleno. «Se adoptarán todas las medidas necesarias» para mantener un «efectivo» control de las fronteras, se subraya desde Bruselas. Si acaso una matización tenue: «de acuerdo con la legislación de la UE e internacional».

Las circunstancias que vive Grecia «son excepcionales», habían explicado horas antes de esa cumbre extraordinaria de ministros desde la Comisión Europea. El Ejecutivo de Bruselas daba carta formal al apoyo económico, material y humano anunciado la víspera por Von der Leyen: 700 millones de euros, 100 efectivos adicionales de Frontex, equipos médicos, refugios, tiendas de campaña, mantas y otros suministros, además de 160 expertos de la Oficina de Apoyo al Asilo.

Grecia «tiene que cumplir con la legalidad y con los derechos fundamentales del Tratado pero en circunstancias excepcionales está la posibilidad de dar algun paso», justificaba la comisaria de Interior, Iva Johnansson.

Ni en ese momento ni tampoco al acabar la reunión de ministros, hubo un pronunciamiento expreso sobre una noticia que en torno a las doce del mediodía se había difundido desde Turquía: la muerte de un migrante tras recibir un impacto en el pecho cuando intentaba atravesar la linde del territorio UE. Durante una protesta reprimida con cargas policiales seis personas resultaron heridas. Una falleció posteriormente en el hospital. La Fiscalía de la ciudad turca de Edirne, próxima a la frontera y desde donde se difundió la noticia, ha abierto una investigación.

Turquía achaca la responsabilidad de lo sucedido a la policía helena, a la que viene acusando no solo de utilizar gases o balas de plástico, sino también munición real, para contener la oleada migratoria. El Gobierno griego negó toda implicación y acusó a Ankara de «crear y difundir noticias falsas contra Grecia. Hoy crearon otra falsedad más, con personas heridas supuestamente por fuego griego. Lo niego categóricamente», aseguraba Stelios Petsas, portavoz del Ejecutivo de Atenas. Grecia también rechazó el lunes toda responsabilidad en la muerte de un refugiado sirio. Hasta ayer era la última víctima mortal de la oleada de rechazo y represión.