Secciones
Servicios
Destacamos
M. P.
Sábado, 30 de octubre 2021, 19:54
El gabinete de António Costa comienza a apretar el acelerador en busca del anticipo electoral. A tres días de que el presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, desvele si convoca los comicios generales o permite que el Ejecutivo actual prosiga su actividad en una situación ... de debilidad extrema –opción que se da prácticamente por descartada–, varias voces se han alzado en favor de resetear la política portuguesa lo antes posible. Hay urgencia. Política, por parte de los partidos, para organizarse ante una convocatoria apremiante e inmediata, ya que las urnas se montarían en la segunda mitad de enero. Y económica. Sobre todo, económica.
El ministro del ramo, Pedro Siza Vieira, fue muy claro el viernes al pedir a De Sousa que ordene disolver el Parlamento «lo más rápido posible» para minimizar los «riesgos» y las consecuencias de la «perturbación política» sobre la economía. La ruptura de relaciones entre el Partido Socialista y sus aliados del Bloco de Esquerda y el Partido Comunista ha ocurrido en un momento complicado, con el país en el camino de salida de la pandemia y pendiente de recibir los fondos europeos del plan de revitalización. «El empleo crecerá y la economía seguirá recuperándose», pronosticó Siza en un mensaje dirigido especialmente a la UE.
El Gobierno es consciente de que está en un terreno incierto, pero no extraño. En caso de que el presidente decida llamar a las urnas el próximo miércoles, éste será el octavo adelanto electoral en el país desde la década de los 70. En uno de ellos, tras la dimisión del conservador Francisco Pinto Balsemão debido a la crisis que entonces vivía la derecha, Mario Soares venció sin mayoría y aquella fue la única ocasión en la historia política portuguesa en que se dio una coalición entre los socialistas y el centroderechista PSD. El denominado Bloque Central apenas duró dos años. Solo en una ocasión, los comicios no supusieron un cambio de signo ideológico al frente del Ejecutivo.
La consigna en este momento es: «Si la izquierda no vota, la derecha votará y ganará». Es la opinión vertida en el diario 'Público' por el secretario de Estado para Asuntos Parlamentarios, Duarte Cordeiro, que tras el portazo del Bloco y los comunistas a António Costa advierte que el futuro puede resultar bastante peor que los últimos seis años de sintonia en la izquierda. Los sondeos atribuyen al Bloco un notable descenso en votos, que beneficiaría parcialmente a los comunistas. Pero lo que inquieta realmente es el ascenso previsto de la ultraderecha que, de acertar las encuestas, podría ser la tercera fuerza de la Asamblea.
La paradoja es que todo lleva camino de cambiar para quedarse igual. Con una Cámara fragmentada, en una tendencia que ya es mundial, el PS tendrá que reconciliarse con esos antiguos socios que el miércoles le dieron la espalda en la aprobación de los Presupuestos. Todo apunta a que, llegado el momento, el candidato Costa no exhibirá tanto el postureo beligerante con los partidos más a la izquierda que mostró en la campaña de 2019 y adoptará un tono conciliador. De momento, en el partido ya trabajan con un programa que recoge las medidas económicas y sociales que el Gobierno incluyó en los Presupuestos Generales, más aquellas de sus antiguos socios a las que se opusieron en las negociaciones.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.