Música desde el balcón para levantar el ánimo en la Italia confinada por el coronavirus

Convocados por un mensaje que circuló desde la mañana en las redes sociales, los romanos se dieron ánimos cantando desde sus terrazas y ventanas el himno nacional, 'Fratelli d'Italia' (Hermanos de Italia). La convocatoria fue un éxito y acabó con un aplauso general de los vecinos, que se sonreían y saludaban desde los balcones. Fue sólo la primera de las citas musicales que se celebrarán en las terrazas de los edificios de Roma en los próximos días, pues mañana está previsto que se cante 'Azzurro', escrita por Paolo Conte para Adriano Celentano, himno oficioso del país, mientras que el domingo será el turno de otra canción energética y vitalista, 'Il cielo è sempre più blu', de Rino Gaetano.

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Darío Menor

Ante el cambio radical que ha supuesto el coronavirus en la vida cotidiana, muchos italianos han respondido sacando lo mejor de ellos mismos. Nunca las colas se respetaron tanto en el país como ocurre estos días delante de los supermercados, farmacias y tiendas de productos de primera necesidad, los únicos negocios que se mantienen abiertos. Tampoco se trató nunca con tanto respeto a los empleados de estos establecimientos, que desarrollan una profesión de riesgo y un servicio esencial. Abundan además los casos de personas que se ofrecen a hacerle la compra a sus vecinos ancianos o enfermos o quien se dedica directamente a entretener al barrio tocando un instrumento desde el balcón. La iniciativa de cantar de forma colectiva el himno nacional en Roma estuvo precedida por numerosos ejemplos de músicos que, en diversas ciudades del país, regalaron su arte a su vecindario. Hasta arias de ópera en vivo están sonando estos días por las calles de las ciudades italianas.

A diferencia que durante el pasado fin de semana, cuando los parques estaban llenos pese a las recomendaciones del Gobierno de evitar las aglomeraciones, el bloqueo total impuesto en la noche del pasado miércoles ha convencido a los italianos de que sólo quedándose en casa podrán ralentizarse los contagios de coronavirus. Para terminar de convencer a los despistados o irresponsables, la Policía patrulla las calles y obliga a justificar el motivo por el que se está en la vía pública. Si los agentes no se convencen de que se trata de una necesidad laboral, de salud o que se ha ido a hacer la compra, al infractor le puede caer una multa de 206 euros y tres meses de cárcel, que pueden ampliarse hasta los tres años si las autoridades consideran que está provocando un daño a la salud pública.