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juan carlos barrena
Berlín
Viernes, 6 de diciembre 2019, 11:36
«Nunca habrá punto final». Con esa enérgica afirmación la canciller federal, Angela Merkel, dejó claro que Alemania no olvida la parte más oscura de su pasado reciente en su primera visita al campo de exterminio nazi de Auschwitz, situado en la actual Polonia. Dos ... meses después del atentado contra la sinagoga de Halle, la jefa del Gobierno germano quiso ofrecer «una señal importante» y una «postura clara» ante los crímenes del nazismo y los brotes violentos de la ultraderecha en Alemania.
En Auschwitz, Merkel dijo sentir «profunda vergüenza ante los crimenes bárbaros que los alemanes practicaron aquí». Añadió que «no menos de 1,1 millones de personas fueron asesinadas de forma planificada y con sistemática frialdad» en el mayor de los campos creados por el régimen nacionalsocialista para el exterminio de judíos, pero también de otras minorías como gitanos u homosexuales.
«El silencio no puede ser nuestra única respuesta. Debemos recordar los crímenes», subrayó la canciller. El campo de concentración de Auschwitz-Birkenau es el más conocido símbolo del Holocausto. Tras Helmut Schmidt y Helmut Kohl, Merkel es la tercera jefa del Gobierno germano que recorre oficialmente el recinto, convertido en memorial para las víctimas del genocidio nazi.
Acompañaron a la canciller su colega polaco, Mateusz Morawiecki, y los presidentes de los Consejos de los Judíos y los Sinti y Roma en Alemania, Josef Schuster y Romani Rose. Merkel anunció una aportación de 60 millones a la Fundación Auschwitz-Birkenau para mantener y restaurar los edificios y vallas del campo de exterminio.
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